Respuestas
Respuesta:
Este artículo explora algunas singularidades de los Kichwa-Otavalo en Bogotá. Tras una presencia histórica de setenta años que incluye relaciones continuas, no sólo entre personas en Colombia y Ecuador, sino en el ámbito mundial, esta población presenta un caso complejo y significativo para los estudios migratorios. Por un lado, plantea relaciones transnacionales donde el "lugar de origen" se disloca a partir de focos secundarios alrededor de los cuales se articula la población. Por otro, ilustra la importancia de redes migratorias frente al reconocimiento del Estado. Así, mostramos diferentes formas de integración a la ciudad y sugerimos que un determinante central de las condiciones de vida en la ciudad está atado a la posición relativa de las personas a redes migratorias establecidas.
Respuesta:
“Toca ir despacio y en silencio, instalarse donde no está sembrado y esperar que salgan para poder atraparlos antes de que vuelen. Esta es una costumbre que la hemos mantenido de nuestros antepasados, quienes recogían de esta manera”, manifiesta Morocho.
Durante esta época, un balde de cuatro litros de catzos vivos se comercializa en 15 dólares y una funda mediana en 4 dólares. Para Cristina Torres, quien todos los años compra estos insectos para consumo familiar, afirma que al inicio de temporada el costo se duplica.
La preparación inicia con un periodo en el que se los deja vivos en un recipiente con harina de maíz o de trigo. Esto hace que se elimine la tierra de su sistema digestivo. Luego se les arranca los miembros, las alas y los élitros, para dejarlos en aguasal por hasta 48 horas. Al final, se los fríe en manteca de cerdo o en aceite, con cebolla, tomate y sal, dice el portal.
Los moradores de la comunidad de Cambugán afirman que los catzos, que se considera un plato ancestral, tienen un valor nutricional por sus proteínas, carbohidratos y minerales. (I
Explicación: