La Revolución francesa legó características que hoy son fundamentales de las democracias occidentales contemporáneas. Una de estas es:
Respuestas
Respuesta:
Cambio en la estructura social. El feudalismo, implementado desde la Edad Media, fue un sistema en el que el dueño de la tierra prestaba parte de ese feudo a los vasallos a cambio del trabajo esclavo.
Con el crecimiento de una nueva elite, conformada por plebeyos comerciantes, artesanos y profesionales, el feudalismo se fue debilitando. Los llamados burgueses aspiraban a acceder al poder político.
Aumento de la población. La sociedad había alcanzado una mejor calidad de vida, incluso, para la clase trabajadora, que tuvo acceso a la educación. La población en general tuvo mayor expectativa de vida. Sin embargo, las malas cosechas perjudicaron ese panorama.
La reducción de la tasa de mortalidad y la mejora de la calidad de vida de los plebeyos generaron un aumento de la población que se duplicó en menos de un siglo. En 1789 Francia era el país más poblado de Europa, con 26 millones de habitantes, lo que generó una creciente demanda de alimento, difícil de satisfacer.
Era del pensamiento ilustrado. Predominaba un movimiento cultural e intelectual llamado Ilustración, considerado como “la era de las luces” y que aludía a la iluminación de las ideas a través de la razón para explicar el mundo. Esos conocimientos se plasmaron y se divulgaron en la enciclopedia.
Las Ilustración se oponía al teocentrismo de la monarquía, en el que un único Dios era el centro de todo y quien dominaba todos los aspectos de la vida. Los nuevos intelectuales, como Montesquieu, Voltaire o Rousseau, sostenían que el conocimiento podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía.
Francia se encontraba bajo el dominio de una monarquía absoluta reinada por Luis XVI y su esposa María Antonieta, gobierno que no se adecuó a la situación de crisis. El Estado francés presentaba una economía precaria como consecuencia de las malas cosechas y del gran gasto militar, mientras la nobleza continuaba despilfarrando en lujos endeudando aún más al Estado.
La depresión económica y el descontento social de un pueblo que pasaba hambre, sumado a la nueva mentalidad ilustrada encendieron el motor de un violento enfrentamiento social. El hecho que determinó el estallido fue la sospecha de que Luis XVI quería disolver a la Asamblea Nacional, la encargada de redactar una Constitución.
El 14 de julio de 1789 el pueblo de París salió a las calles para respaldar a la Asamblea Nacional y tomó por la fuerza la fortaleza de la Bastilla, una prisión considerada símbolo de la monarquía absolutista. El revolucionario Jean-Paul Marat fundó un reconocido periódico y se convirtió en el vocero de una parte del pueblo.
Respuesta:
Cambio en la estructura social. El feudalismo, implementado desde la Edad Media, fue un sistema en el que el dueño de la tierra prestaba parte de ese feudo a los vasallos a cambio del trabajo esclavo.
Con el crecimiento de una nueva elite, conformada por plebeyos comerciantes, artesanos y profesionales, el feudalismo se fue debilitando. Los llamados burgueses aspiraban a acceder al poder político.
Aumento de la población. La sociedad había alcanzado una mejor calidad de vida, incluso, para la clase trabajadora, que tuvo acceso a la educación. La población en general tuvo mayor expectativa de vida. Sin embargo, las malas cosechas perjudicaron ese panorama.
La reducción de la tasa de mortalidad y la mejora de la calidad de vida de los plebeyos generaron un aumento de la población que se duplicó en menos de un siglo. En 1789 Francia era el país más poblado de Europa, con 26 millones de habitantes, lo que generó una creciente demanda de alimento, difícil de satisfacer.
Era del pensamiento ilustrado. Predominaba un movimiento cultural e intelectual llamado Ilustración, considerado como “la era de las luces” y que aludía a la iluminación de las ideas a través de la razón para explicar el mundo. Esos conocimientos se plasmaron y se divulgaron en la enciclopedia.
Las Ilustración se oponía al teocentrismo de la monarquía, en el que un único Dios era el centro de todo y quien dominaba todos los aspectos de la vida. Los nuevos intelectuales, como Montesquieu, Voltaire o Rousseau, sostenían que el conocimiento podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía.
Francia se encontraba bajo el dominio de una monarquía absoluta reinada por Luis XVI y su esposa María Antonieta, gobierno que no se adecuó a la situación de crisis. El Estado francés presentaba una economía precaria como consecuencia de las malas cosechas y del gran gasto militar, mientras la nobleza continuaba despilfarrando en lujos endeudando aún más al Estado.
La depresión económica y el descontento social de un pueblo que pasaba hambre, sumado a la nueva mentalidad ilustrada encendieron el motor de un violento enfrentamiento social. El hecho que determinó el estallido fue la sospecha de que Luis XVI quería disolver a la Asamblea Nacional, la encargada de redactar una Constitución.
El 14 de julio de 1789 el pueblo de París salió a las calles para respaldar a la Asamblea Nacional y tomó por la fuerza la fortaleza de la Bastilla, una prisión considerada símbolo de la monarquía absolutista. El revolucionario Jean-Paul Marat fundó un reconocido periódico y se convirtió en el vocero de una parte del pueblo.
Explicación: