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Todos nosotros alguna vez nos hemos sentido alguna curiosidad por saber porque dicen que hay un conejo en la luna, esta leyenda del conejo en la luna fue creada hace cientos de años por los antiguos indígenas de México.
Según esta leyenda, un día Quetzalcóatl decidió bajar a la tierra en forma humana. Después de un tiempo de estar caminando se detuvo para descansar, en eso miro un conejo y le pregunto qué hacía, el conejo le dijo que comía sácate y le ofreció un poco, pero el Díos Quetzalcóatl le dijo que él no comía sácate. El conejo entonces le pregunto qué iba a hacer entonces, Quetzalcóatl le dijo que se quedaría moriria de hambre, el conejo al escuchar esto se acercó poco a poco y le dijo que el se ofrecia como ofrenda y se lo comiera, asi podría salvarse. Quetzalcóatl conmovido con lo que el conejo le dijo se levantó y lo arrojo al cielo, la luz marco su figura en la luna, al bajar Quetzalcóatl le dijo que a partir de ese momento todos lo recordarían, ya que su figura había quedado grabada la luna para siempre.
EL VESTIDO MICHOACANO. Cuenta la leyenda que el vestido michoacano fue creación del amor que sentía una mujer de nombre Mitzintha por el jefe de los Purépechas llamado Caltzontzin, a quién obligaron a estar cerca de los españoles quienes lo utilizaban para poder gobernar en este lugar, y para lograrlo empezó a convivir en fiestas donde asistían damas muy importantes.
Cuando Mitzintha vio que no lograba llamar la atención de Caltzontzin, se sintió mal ya que ella no vestía nada tan elegante como las damas de esas fiestas. Decidió irse a las montañas donde estuvo sola meditando que vestuario hacer para llamar la atención de Caltzontzin, fabrico la tela y después de un buen tiempo que pasó allá sola invento un vestuario llamativo parecido al de las damas y en lugar de pedrería utilizo bordados de colores terminando su vestuario a su manera, utilizo collares de colores y se dirigió a buscar a su amado, cuando llegó a la fiesta donde se encontraba ya solo encontró su cuerpo en el piso asesinado por los españoles que lo habían mandado y dejando sin ninguna intención el vestido michoacano como símbolo de fidelidad de la mujer mexicana.