2.¿En el Juicio final quienes se condenarán, según dice Jesús? Por favor lo necesito para hoy viernes

Respuestas

Respuesta dada por: ninamen87
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Respuesta:

Juicio de Jesús es una expresión que se refiere a dos episodios neotestamentarios, ambos centrales para el cristianismo, en uno de los cuales Jesús es sometido a juicio, mientras que en otro es Jesús el juez. La ambigüedad se remonta por la hermenéutica bíblica, que identifica a Dios con la justicia.1​

En primer lugar, el periplo judicial, descrito en los evangelios canónicos2​ dentro del ciclo de la Pasión, que se produce tras el prendimiento de Cristo, y en el que sucesivamente es conducido de una instancia a otra ("de Anás a Caifás y de Herodes a Pilatos", es el tópico construido sobre ello);3​ en segundo lugar, el juicio final descrito en el Apocalipsis, y planteado como una profecía de los últimos tiempos, en que Jesús, como juez, juzgará "a vivos y muertos".4​

De ambos episodios hay abundante tratamiento iconográfico como temas artísticos en el arte cristiano.

Explicación:

Respuesta dada por: guillenvaleska518
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Explicación:

Con frecuencia se nos dice en las Escrituras que vendrá el día en que estaremos de pie ante Dios para ser juzgados; por consiguiente, tenemos que comprender cómo se llevará a cabo ese juicio a fin de prepararnos lo mejor posible para ese importante acontecimiento.

Las Escrituras enseñan que todos seremos juzgados de acuerdo con nuestras obras: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante de Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras” (Apocalipsis 20:12; véase también D. y C. 76:111; 1 Nefi 15:32; Abraham 3:25–28). También seremos juzgados “según el deseo de [nuestros] corazones” (D. y C. 137:9; véase también Alma 41:3).

Aquí en la tierra, con frecuencia se juzga nuestra dignidad con el fin de tener derecho a recibir oportunidades dentro del reino de Dios. Cuando somos bautizados, se nos juzga dignos de recibir esa ordenanza y, cuando se nos llama para prestar servicio en la Iglesia o se nos entrevista para avanzar en el sacerdocio o recibir una recomendación para el templo, también somos juzgados.

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