¿Qué porcentaje de luz dejan pasar los objetos traslúcidos, opacos y transparentes?
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Respuesta:
Entre las muchas clasificaciones que pueden hacerse acerca de los cuerpos, una de las más habituales es la que los diferencia conforme al nivel de luz que dejan pasar más allá de su propia posición.
¿Cómo se explica esto?
Los electrones son partículas que están alrededor del núcleo de los átomos y tienen distintos niveles de energía. Pueden estar excitados por los fotones que son las partículas de luz, asimilables con “paquetes de energía”. De esta forma, cuando los fotones alcanzan un objeto, penetran en su material y excitan a los electrones, intentando entregarle energía de modo tal que pasen (o “salten” como se suele decir) de nivel electrónico.
La diferencia, precisamente, radica en el momento en que los fotones intentan pasar la energía: los objetos opacos lo consiguen y, por lo tanto, los fotones se “consumen”. La transferencia de energía es lo que explica que los objetos no dejen pasar la luz, pero se calienten cuanto más intensa sea esta energía: en este mismo sentido, los objetos oscuros son más propensos a absorber fotones que los claros. Por el contrario, cuando se trata de objetos transparentes, el salto que tienen que dar para ser absorbidos no es posible y los fotones atraviesan el objeto en búsqueda de nuevos electrones para excitar.
El comportamiento de los objetos con respecto a los fotones no es binomial y a veces se pueden producir fenómenos como la reflexión de la luz (el cambio de dirección ocurrido en la superficie de separación) o la refracción (el cambio en la velocidad al pasar de un medio material a otro).
Por otra parte, la condición de transparencia y opacidad depende en la mayoría de los casos de la energía (o frecuencia) de la luz que incide sobre un objeto. El aluminio, por ejemplo, es opaco al rango de frecuencias de la luz visible, pero es completamente transparente en la frecuencia de los rayos ultravioletas.