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Respuesta dada por:
1
Ésta es una época de transición. La sociedad de
nuestros días representa tanto la culminación de un largo proceso
evolutivo que denominamos «modernidad» como el advenimiento de un nuevo
modelo de civilización al que nos referimos con expresiones tan diversas
como «sociedad postindustrial», «sociedad de la información», «sociedad
compleja» o «sociedad posmoderna». Nos encontramos entre una sociedad
que no termina de morir y una sociedad que no acaba de nacer.
Nuestra generación es una generación de transición.
El pasado ha dejado de ser una referencia segura para entender el
presente y se vislumbra el futuro como una proyección imprecisa de las
tendencias del presente. La confusión y la perplejidad a menudo son
sentimientos que experimentamos cuando observamos la realidad cambiante
de nuestros días.
A diferencia de las últimas generaciones que
experimentaron cambios de civilización (finales del siglo XVII, siglo
XVIII, final del XIX y comienzos del xx), nuestra generación esta
huérfana de pensamiento comprensivo, es incapaz de crear nuevos ideales
emancipadores. Sabemos que estamos protagonizando un cambio de
civilización, pero no sabemos comprenderlo en su totalidad. Como
espectadores de este proceso, se nos hace difícil romper con el aparente
anonimato de la innovación tecnológica, del avance científico y de la
nueva forma de racionalidad que impone la industria transnacional, el
gran capital financiero, las administraciones públicas y las técnicas de
la ingeniería social.
Ésta es una realidad opaca. La sociedad se complica
progresivamente y el sujeto se diluye en el conjunto de las
transformaciones impulsadas por la tecnología, la ciencia, la industria y
la administración. Cada vez es mas difícil entender de qué manera un
componente social encaja en el todo social. Esto se produce porque cada
sector de la sociedad tiende a disponer de una autonomía organizativa
fundamentada en la especialización de los conocimientos que le son
propios. Nuestra sociedad parece descentralizada, sin vértice, como dice
Luhmann, pero en la que el conjunto de los sectores se nos muestran
cada vez como mis interdependientes.
En una realidad opaca como la nuestra es difícil
establecer limites exactos entre la cultura y la economía, entre ésta y
la política, entre el espacio que es público y la privaticidad.
lalo1001:
gracias
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