Chati, nació en el año 2007, en Pakistán, en un pueblo en el que el nacimiento de una niña,
es siempre una mala noticia. Desde muy joven empezó a ayudar a su madre en las tareas
domésticas y empezó a irabajar cuando tenía apenas 6 años, tras asistir tan solo unos meses
a la escuela. Un día en la mañana un hombre que nunca había visto llegó a su casa y le
ofreció a su tío a darle ganado y un poco de dinero a cambio de permitirle casarse con
Chalii. Ella no quiere, se niega, puesto que desea estudiar, pero su lío insisie en obligarla. Su
hermana se casó a los doce a los y sabe que en su país es permitido el matrimonio de las
a- ¿Qué haría usted si tuviera en la posición de Chati?
b- ¿Es aceptable que culturalmente se permita el matrimonio de niñas
como Chati? Justifique su respuesta.
Respuestas
Respuesta:
el pleno reconocimiento del respeto por su dignidad e
integridad física y la inversión adecuada en acciones para
prevenir toda forma de violencia contra ellos.
Segundo, los niños y niñas están hablando acerca de este
asunto y comenzando a ser oídos y tomados en serio. En
las nueve Consultas Regionales llevadas a cabo ellos han
aportado su testimonio con respecto a la violencia cotidiana que experimentan en sus hogares y familias y también
en las escuelas, otras instituciones y en los sistemas penales, en los lugares de trabajo y en sus comunidades. La violencia contra los niños y niñas existe en todos los Estados y
cruza las fronteras culturales, las diferencias de clase, educación, ingreso, origen étnico y edad. Durante todo el proceso
del Estudio, los niños y niñas han expresado claramente al
Experto Independiente la urgencia de detener toda esta violencia. Han hablado del dolor –no sólo físico sino “el dolor
interno”– que les causa, agravado por la aceptación, cuando no aprobación, por parte de los adultos.
Los gobiernos necesitan aceptar que esto es una emergencia
real, aunque no es una emergencia nueva. Durante siglos los
niños y niñas han sufrido violencia a manos de los adultos
sin que fuera vista ni oída. Pero ahora que la escala e impacto de la violencia contra los niños y niñas se está haciendo
visible, no se les puede hacer esperar más por la protección
efectiva a la que tienen derecho de manera incondicional.
Tercero, el creciente reconocimiento del impacto de la
violencia en la salud física y mental de los niños y niñas
durante toda su vida ha renovado la urgente necesidad de
prevenirla. Hasta los años sesenta no hubo un reconocimiento significativo, aun entre profesionales, de la cantidad de muertes, violaciones y lesiones infligidas a los niños y niñas por sus progenitores y por quienes tienen un
deber de cuidado sobre ellos o están en una posición de
confianza. Los problemas de violencia contra los niños y
“Hemos de secar sus lágrimas y transformar sus caras tristes en caras felices.
Hemos de encender la llama de la esperanza y un mejor mañana en ellos.”
Begum Sehba Pervez Musharraf, Primera Dama de Paquistán, 2005I
niñas en la escuela y otros entornos tampoco recibieron
mucha atención hasta décadas recientes.
Paulatinamente, la ampliación de la investigación en las
ciencias neurobiológicas, sociales y del comportamiento,
ha generado una comprensión mucho más profunda de
la importancia de las experiencias vividas durante la niñez en el desarrollo del cerebro y del papel central de las
relaciones tempranas en el desarrollo saludable de éste.3
Esta investigación indica con claridad la importancia
del lazo positivo o apego del niño o niña a sus progenitores y demuestra que cuando no existen relaciones de
protección, la exposición al estrés que provoca la violencia puede afectar al sistema nervioso e inmunológico en
desarrollo, provocando mayor riesgo de sufrir problemas de salud física y mental. Así pues, la prevención
adecuada y a tiempo de la violencia contra la infancia
permite atender una multitud de problemas que, a
largo plazo, imponen una sustancial carga social y
económica a las naciones del mundo.
Cuarto, hay mayor reconocimiento de que la prevención
de la violencia contra los niños y niñas requiere cooperación y colaboración entre muchos aliados. En efecto, prevenir y responder a la violencia contra los niños debería ser
asunto de todos. El Estudio se ha beneficiado de la colaboración entre agencias de la ONU que trabajan en materia
de derechos humanos, protección de la infancia y salud
pública y de aportes de una amplia gama de sectores.
Las diferentes profesiones ya no pueden permitirse el lujo
de tratar este problema trabajando por separado. La salud
pública, la justicia penal, los servicios sociales, la educación, las organizaciones de derechos humanos, los medios
de comunicación y las empresas, tienen todos un interés
común en la eliminación de la violencia contra la infancia
y pueden encontrar maneras más eficientes y efectivas de
lograr esta meta trabajando juntos
Explicación: