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está las respuestas pero que te ayude habían 10 cosas igualitas a esas pero no puede mandártelas
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Nuestro cuerpo y los órganos que lo componen funcionan en sintonía, tal y como lo haría una maquinaria de relojería, para mantener nuestra salud física y que todas las funciones y actividades del organismo puedan desarrollarse de manera eficaz.
Una de las piezas de esta maquinaria es la neurohipófisis, un pequeño órgano del sistema endocrino que posee un papel esencial en la regulación y liberación de algunas de las hormonas más importantes para el correcto funcionamiento humano, tanto físico como psicológico.
¿Qué es la neurohipófisis?
Dentro del sistema endocrino, formado por una gran cantidad de órganos y estructuras productoras de hormonas, encontramos la neurohipófisis. Este órgano conforma la parte posterior de la glándula pituitaria.
Una de las principales diferencias que existe entre la neurohipófisis y el resto de la hipófisis a la que pertenece es que, debido a su diferente origen embriológico, su estructura no es glandular como sí lo es la hipófisis anterior. Además, esta posee un crecimiento dirigido hacia el hipotálamo, por lo que sus funciones también difieren de las del resto de la estructura.
Por el contrario, la neurohipófisis es, en gran parte, una colección de proyecciones axonales del hipotálamo que desembocan en la zona trasera de la pituitaria anterior. Las principales partes en las que se divide la hipófisis son la eminencia media, el infundíbulo y el pars nervosa, de lo cuales hablaremos en el siguiente punto.
En cuanto a los elementos o piezas que conforman la masa de la neurohipófisis, esta está compuesta por una serie de células llamadas pituicitos, las cuales pueden ser consideradas como células gliales de sostén.
Finalmente, a pesar de que a primera vista la neurohipófisis pueda parecer una glándula secretora de hormonas más, en realidad se trata de una especie de almacén para las sustancias secretadas en el hipotálamo.
Si bien es cierto, las células neuronales de los núcleos hipotalámicos supraóptico y paraventricular secretan la vasopresina y la oxitocina que se almacena en las vesículas de los axones de la neurohipófisis, la cual libera estas hormonas en respuesta a los impulsos eléctricos que llegan del hipotálamo.