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Esta historia comienza cuando el rey de Castilla un día antes de la fecha para ir a la guerra, manda a llamar a todos los nobles y caballeros de la ciudad para hacer una celebración, por lo que sucedería la mañana siguiente. A la fiesta acudió Inés de Tordesillas, una mujer muy hermosa la cual tenía enamorados a todos los hombres del reino. En la fiesta también se encontraba Alonso de Carrillo y Lope Sandoval, dos caballeros que también partirían el día siguiente a la guerra, ellos eran los hombres más cercanos a Inés.
Ellos ante tan inmensurable belleza trataban la manera de cortejarla, ellos aprovecharon el momento y decidieron comenzar una guerra de piropos para ver quien era el mejor enamorando a aquella joven hermosa. Pero fue tanto el agobio por padre de los caballeros, que Inés término por abandonar el lugar, sin percatarse de que había dejado tirado uno de sus guantes. De inmediato Alonso y Lope vieron el guante de Inés tirada junto al lugar donde ella estaba sentada, ambos corrieron para recogerlo para poder devolvérselo a Inés y de esa manera quedarían con un buen gesto hacia Inés. Ambos caballeros comenzaron a reñir por obtener el guante.
El rey se percato de lo que estaba sucediendo y de inmediato tomo el guante para evitar un conflicto mayor. Alonso y Lope decidieron arreglar el problema de otra manera y acordaron que después de la fiesta realizarían un duelo a muerte para ver quien era el más valiente, que se terminaría quedando con el amor de Inés. Dicho así, momentos después de haber terminado la fiesta y que en las calles de la ciudad se escuchaba un silencio profundo, ambos caballeros estaban listos para el enfrentamiento, pero sin antes rezaron ante una imagen de un Cristo y una calavera.
Después de rezar una oración, ambos caballeros se colocaron en posición para el duelo, pero curiosamente en el momento en que empezarían al enfrentamiento, la luz que los alumbraba en esa obscura noche, comenzó a apagarse y se volvía a encender en repetidas ocasiones. Alonso y Lope se dieron cuenta de que era una señal del Señor, para que no se llevara a cabo el duelo. Los dos caballeros llegaron al acuerdo de que seria Inés quien decidiera quien de los dos seria su amante, ellos se dirigieron hasta el balcón de la casa de Inés, pero para su sorpresa vieron a su amada despidiéndose de su amante.
Alonso y Lope ante tal escena se voltearon a ver y acompañada de una palmada en la espalda, ambos soltaron una carcajada, al darse cuenta de que estuvieron apunto de cometer una desgracia a causa de un amor que no seria correspondido, ya que el corazón de Inés le pertenecía a otro hombre.
Explicación:
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