Respuestas
Tampoco vivían siempre en las catacumbas (cementerios romanos). Allí simplemente se escondieron alguna vez. Lo normal era que se juntaran a celebrar la Eucaristía en las casas.
Tampoco todos los emperadores persiguieron a los cristianos. Hubo gente más tolerante y otros más feroces (como Decio, Valeriano y Diocleciano). Uno de los que más interés puso contra los cristianos fue el emperador Decio, ya que al llegar al poder, publicó un edicto en el que obligaba a todos los habitantes del imperio romano a realizar un sacrificio a los dioses romanos. Una vez realizado el sacrificio se les daba un certificado. Muchos Cristianos, ante el temor de morir sacrificaron a los dioses y por tanto se apartaron de la Iglesia, porque habían cometido un grave pecado que se llama apostasía (es decir: renegar del Dios Cristiano). Otros Cristianos fueron más astutos y consiguieron el certificado sin sacrificar a los dioses. Y otros muchos cristianos sufrieron una gran persecución.
Cuando pasó la persecución de Decio, la Iglesia tuvo el grave problema de si admitía de nuevo a los que habían renegado de Dios sacrificando a los dioses romanos. Hubo varías posturas, los que sí querían y los que no querían aceptarlos de nuevo. Por fin se decidió aceptarlos de nuevo, perdonar su pecado pero cumpliendo una gran penitencia.