• Asignatura: Castellano
  • Autor: cardonabarrantessant
  • hace 5 años

con que acontecimiento se cierra un poema?​

Respuestas

Respuesta dada por: susejyael19
3

Respuesta:

CÓMO SE ACABA UN POEMA

   Los buenos poemas no terminan jamás. Se acaban en el papel, sus letras cesan, pero no sus versos, que continúan en la mente del lector tanto más tiempo cuanto más profundo es el surco abierto en la memoria. Si el lector —o el espectador— es asimismo un creador, puede que la obra dé lugar a nuevas creaciones. Las Meninas o El rezo del Ángelus, de Millet, dieron lugar a sendas obras de Picasso y Dalí; Don Álvaro o la fuerza del sino, del duque de Rivas, o El trovador de García Gutiérrez sirvieron de pretexto a Verdi, y el drama Pélleas y Melisande, del belga Maurice Maeterlinck inspiró nada menos que a Schönberg, Fauré, Sibelius y Debussy. En palabras del poeta nicaragüense Pablo Antonio Cuadra «un poema empieza cuando acaba».

   Pero ¿por qué algunos poemas consiguen no terminar nunca? Las grandes construcciones humanas se caracterizan porque crean una expectativa que debe resolverse de manera brillante. Aunque no siempre seamos conscientes de ello, consideramos que el tiempo invertido en su asimilación nos da derecho a una recompensa. Hemos seguido las peripecias de Jean Valjean o los tejemanejes de Wotan durante centenares de páginas de prosa o música y nos merecemos algo por haber sabido esperar. James Joyce cierra su monumental Ulysses con algo que inaugura una manera de narrar de la que no existían precedentes y que tendrá una colosal influencia en la literatura moderna: el monólogo interior de Molly Bloom. El sevillano Gutierre de Cetina, asesinado en la ciudad mexicana de Puebla por un tal Hernando de Nava, que le confundió con un pretendiente de su amada doña Leonor de Osuna, es autor de un maravilloso madrigal que concluye de manera ejemplar.

Ojos claros, serenos,

si de un dulce mirar sois alabados,

¿por qué, si me miráis, miráis airados?

Si cuanto más piadosos,

más bellos parecéis a aquél que os mira,

no me miréis con ira,

porque no parezcáis menos hermosos.

¡Ay, tormentos rabiosos!

Ojos claros, serenos,

ya que así me miráis, miradme al menos.

   El último verso, sorprendente, fresquísimo, contradictorio, lleno de intención y desparpajo, de un casticismo que contrasta con el tono amatorio y cortés del poema hasta ese momento, es una genialidad que justifica por sí solo a un poeta. «Miradme al menos» es lo que le dice Gutierre de Cetina a los ojos de su amada, pero también lo que le dice el poema al lector. Mírame al menos, que lo que has visto procede de mis versos.

   Tenemos deseo de saber cómo terminan las cosas, somos curiosos, nos apasiona lo que nos cuentan. Nos obstinamos en pensar que el mundo tiene una explicación, y el artista dispone con habilidad los elementos de su obra de arte para calmar este afán de coherencia únicamente en la conclusión. Aplaza el obsequio, retarda la saciedad, nos mantiene en vilo imaginando soluciones para el conflicto que nos presenta. Sabemos ya que el poema es un recinto sagrado, un templo, cuya divinidad es el porqué. Creemos en el poema si tiene un dios dentro. Y el dios aparece al final, claro. En el Juicio. No nos referimos necesariamente a un porqué explicativo: Las obras de arte no son novelas policiacas en cuyo final se resuelven las pistas y se adjudican culpabilidades. Se trata de un porqué metafísico: Por qué debemos contemplar esa obra, por qué debemos recordarla, por qué su autor decidió acometerla, culminarla y darla a conocer, por qué esa obra contribuye, siquiera sea mínimamente, a darle sentido a nuestras vidas.

Respuesta dada por: fredyalexisdulvisbla
2

Respuesta:

no jodaaa cuanto demoró escribiendo

Preguntas similares