Respuestas
Respuesta:
Buenos Ayres, oficialmente Estado de Buenos Ayres, se organizó como continuador de la Provincia de Buenos Aires. Era una reacción a la creación de la Confederación Argentina en la que se unieron las demás provincias argentinas. Existió de manera semiindependiente entre 1852 y 1861, ante la negativa de la Confederación a reconocerlo como tal.
Explicación:
El Estado de Buenos Aires ocupaba, en término de poder ejercido real, una superficie muy inferior a la actual provincia, pero sus reclamos territoriales incluían extensiones de tierras hacia el sur en parte controladas por mapuches y tehuelches, llegando su reclamo territorial hasta la cordillera de los Andes, el sur de la Provincia de Mendoza, la Patagonia argentina y las islas Malvinas.1
La constitución del Estado de Buenos Aires, promulgada en abril de 1854 establecía los siguientes límites:
Su territorio se extiende Norte-Sur desde el Arroyo de El Medio hasta la entrada de la Cordillera en el mar, lindando por una línea al Oeste y Sud-Oeste con las faldas de las Cordilleras, y por el Norte y Este con los rios Paraná y Plata y con el Atlántico.2
Áreas que también reclamaba la Constitución de la provincia de Mendoza sancionada el 24 de diciembre de 1854 y la de la República de Chile de 1833.
Una vez incorporado como provincia a la República Argentina, la ley nacional argentina № 28 del 17 de octubre de 1862, dispuso que todos los territorios nacionales existentes más allá de los límites o posesión de las provincias fueran nacionales, fijándose los límites por la ley № 947 del 5 de octubre de 1878.
Formación
Tras el derrocamiento del gobernador de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas por parte del gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza al mando del Ejército Grande, las fuerzas provinciales se instalaron en Buenos Aires. El triunfo militar de Urquiza cristalizó con la organización del país por medio de una constitución federal para la Confederación Argentina. Entre las imposiciones que se realizaban a Buenos Aires estaba nacionalizar los ingresos aduaneros de su puerto y federalizar su ciudad capital, Buenos Aires, que pasaría a ser capital de la Confederación. Esto no fue de agrado de los porteños, que experimentaban una prosperidad muy superior al resto de las provincias gracias a los ingresos de la Aduana. Así, algunos grupos de políticos apoyaron la exclusión de Buenos Aires de la Confederación constitucional, recién creada.
La revolución del 11 de septiembre de 1852 tomó el poder, excluyendo a los partidarios y representantes del general Urquiza; este se negó a aplastarla, por considerar que gozaba de apoyo popular. Sólo después de que perdiera la posibilidad de derrotarlos, Urquiza supo que el Estado de Buenos Aires declaraba no reconocer ninguna autoridad nacional exterior a sí misma.
La contrarrevolución de diciembre de ese año, dirigida por el coronel Hilario Lagos, convenció a Urquiza de intentar nuevamente la reunificación del país por la fuerza, máxime cuando el ejército porteño fue derrotado en la batalla de San Gregorio y Lagos impuso un sitio a la ciudad de Buenos Aires. No obstante la presencia de tropas de Urquiza entre los sitiadores y el bloqueo naval de la ciudad, la superioridad financiera y económica del gobierno porteño obligó a Lagos y Urquiza a levantar el sitio a mediados del año siguiente.
Varias sucesivas invasiones de jefes porteños emigrados — como Jerónimo Costa, José María Flores y el propio Lagos — fueron fácilmente vencidas, y no alteraron el desarrollo político y económico del Estado.