Respuestas
Mmm haber un ejemplo (mi respuesta es tonta :'v) :
Últimamente la gente usa mucho su celular y para ellos es una emergencia tener su celular sin batería v:
PD: listo Brou uwu
Respuesta:
Contar con una técnica eficaz de resolución de problemas va a ayudarnos a que las decisiones importantes que tomemos sean más acertadas. Esta estrategia de resolución de conflictos, nos permitirá reducir el estrés o la ansiedad que sentimos ante la incapacidad de tomar decisiones. Estilos en la resolución de problemas
Las personas a menudo tenemos diferentes formas de abordar los problemas, algunas son más eficaces que otras. Aquí vemos las más relevantes:
Estilo impulsivo-descuidado: Este estilo se caracteriza porque se responde a los problemas de forma activa, pero sin pararse a pensar en ellos. De forma rápida, incompleta e ineficaz. Tienden a utilizar las primeras ideas que les vienen a la mente sin pensar más allá, normalmente este estilo de resolución de problemas se caracteriza por bajos niveles de inhibición. Tampoco reflexionan acerca de las consecuencias de esas soluciones.
Estilo evitativo: Se aplaza y evita continuamente la toma de decisiones. Se caracteriza por un estilo pasivo e inactivo. Se creen incapaces de tomar decisiones y a veces dependen de los demás para ello. También intenta que los demás se responsabilicen de sus problemas.
Estilo racional: Es el estilo más eficaz a la hora de resolver los problemas, y el que suele llegar a los mejores resultados. Se caracteriza por la deliberación y planificación sistemática. Recopilan la información relevante, identifican obstáculos, generan una gran variedad de alternativas… Comparan los pros y los contras de cada una de ellas y ponen en marcha el plan.
El objetivo de la técnica de resolución de problemas es ayudarte a llevar a cabo un estilo racional, ya que los otros dos estilos suele llevarnos a decisiones erróneas y poco eficaces.
Técnica de resolución de problemas: pasos a seguir
A continuación detallamos los pasos a seguir en la técnica de resolución de problemas.
1. Identifica el problema o los problemas que quieres resolver
Plantéate si tienen, de hecho, solución. No todos los problemas se pueden resolver como tal, sino que tenemos que aprender a vivir con ellos de la mejor manera posible.
2. Define el problema detalladamente
Para esta técnica de resolución de problemas tenemos que intentar ver los problemas como oportunidades. En este punto puedes usar una lista estructurada de preguntas para ayudarte a profundizar en él:
Qué: Qué quieres conseguir exactamente, qué pasaría si no tomaras una decisión o encontraras una solución, qué necesitas para encontrarla, qué significaría para ti solucionarlo.
Por qué: por qué quieres llegar a una solución, por qué ha surgido el problema. Analiza todos los porqués posibles.
Cómo: cómo sería la situación diferente, cómo puedo implicar personas relevantes.
Dónde: dónde apareció el problema, dónde este tiene impacto, es el ‘donde’ importante, si es así, ¿por qué?
Quién: a quién estoy intentando agradar, a quién le importa esta situación, a quién le afecta, quién está implicado, quién necesita estar informado.
Cuándo: cuando apareció el asunto, cuándo se necesita que actúe, cuándo se prevee que esté resuelto.
3. Busca soluciones
Para solucionar nuestros problemas, primero debemos proponer todas las soluciones que se nos ocurran. En este paso no nos importa si son descabelladas o poco posibles de llevar a cabo. Nos interesa tener la mayor cantidad de soluciones posibles. Lo mejor es llevar a cabo una “lluvia de ideas”, no le pongas filtro.
Por ejemplo, si el problema es que no llegamos a fin de mes podemos proponer las siguientes soluciones: buscar otro empleo, pedir un aumento de sueldo, reciclarnos laboralmente, entrar en una mafia, robar un banco, pedir un crédito, pedir dinero prestado a un familiar…
Como ves, hay soluciones más factibles y otras menos. Robar un banco o entrar en una mafia quizá no son las soluciones más deseables, al margen de que vaya en contra de la ley. Pero eso ya lo analizaremos en el siguiente paso.
Como hemos visto hay soluciones que parecen mejores y otras peores. Otro paso en este proceso de solución de problemas es analizar las alternativas pensando en sus consecuencias. El objetivo de este paso eliminar las soluciones que no nos parecen buenas, analizando sus consecuencias.