• Asignatura: Historia
  • Autor: maiaia37431
  • hace 5 años

qué condiciones favorecieron la perduración del Imperio romano de Oriente.

Respuestas

Respuesta dada por: Anónimo
23

Respuesta:

Explicación:

El Imperio Romano de Oriente o también llamado Imperio Bizantino, se originó en el año 395 d.C. cuando el emperador Teodosio dividió el Imperio Romano en dos: Oriente y Occidente.

A diferencia del Imperio Romano de Occidente, que fue destruido por los germanos en el año 476 d.C., el Imperio Bizantino logró sobrevivir a la amenaza germánica. Por eso perduró por casi diez siglos, hasta el año 1453 en el que los turcos otomanos ocuparon su capital, Constantinopla.

A lo largo de diez siglos, los bizantinos, que eran en realidad una pluralidad de pueblos, lograron fusionar la cultura de los griegos y romanos, los elementos religiosos de cristianos y paganos y las costumbres occidentales y orientales. De esta manera conservaron los aportes culturales de la antigüedad y los re-elaboraron bajo nuevas formas.

Aunque hablaban griegos, los bizantinos se llamaban así mismos romanos, pues consideraban herederos de este antiguo imperio. Por eso a Constantinopla se le conocía también como la nueva Roma.


Anónimo: hola
Anónimo: soy miguel
Anónimo: me borraron m otra cuenta
Respuesta dada por: heiduna
8

La economía de Occidente se basaba en la agricultura. Oriente, además, en el comercio y la industria. Eran dos economías, una natural y la otra monetaria. En ambos el prestigio pertenece a las clases agrícolas. La escala social en occidente era corta y distante. En oriente más amplia y con menores diferencias entre clases.

Si nos retrotraemos al siglo III, veremos que la grandeza del imperio no tenía una base sólida. La pax romana era una falacia. Una pátina que parecía cubrir todo el territorio dominado, que en la práctica estaba dividido, y sólo existía la unidad política. Por debajo de esta apariencia subyacían también culturas autóctonas que con la debilidad del Estado comienzan a resurgir.

Cuando Diocleciano aumenta el número de provincias, para menoscabar el poder de los gobernadores, y centralizar el poder, se produce un incremento brutal de los impuestos, necesario para cubrir el coste del singular aumento de la burocracia. El aparato estatal crece de manera que pocos tienen que contribuir al mantenimiento de muchos.

Los poderosos se trasladan al campo y practican en muchos casos una economía de autoabastecimiento. Campesinos libres se ponen al servicio de otros y en general el descontento crece en occidente donde, como hemos dicho, no coexistían prácticamente mas que dos clases sociales, los poderosos y la plebe.

Las revueltas se multiplican, los esclavos se sublevan, las ciudades se despueblan. Las tropas que defendían las fronteras deben acudir en ayuda de las que intentan mantener el orden público y el control interno.

Los pueblos bárbaros aprovechan esta debilitación política para pasar las cuencas del Rin y del Danubio, frontera natural de la Romanía en Europa.

El sistema político romano se colapsa y comienza a resquebrajarse.

Las condiciones de la parte oriental del imperio son otras.

Se sustenta en otro tipo de economía, las divergencias entre las clases sociales no son tan acusadas. Y existe un factor decisivo que influye en todo el proceso y sus distintas modalidades sociales, políticas y sobre todo económicas. El cristianismo.

El cristianismo es de origen oriental. Aprovechando la figura de Jesús de Nazaret, que ha conseguido una cierta cantidad de seguidores, Saulo de Tarso, noble culto romano, es el primero que pone en fórmulas el cristianismo.

Es de suponer que las llamadas persecuciones sean más de carácter político que religioso, puesto que el imperio había respetado siempre en su seno todo tipo de cultos.

En 313, Constantino, consciente de las ventajas de alianza con los cristianos, les concede la libertad de culto por el Edicto de Milán.

En 380 Teodosio instituye el cristianismo como religión oficial del Estado por el edicto de Tesalónica.

Desde el 313 al 380 se gestan las instituciones religiosas, el derecho canónico, los cargos eclesiásticos (prelados, obispos…) el más importante es el obispo de Roma.

En el siglo V, con el colapso del sistema político romano en occidente, el poder de la iglesia se consolida y acrecienta, pues no quedan en las ciudades representantes del poder romano y los únicos interlocutores válidos para las decisiones políticas con el exterior.

No ocurre lo mismo en Oriente, donde las condiciones económicas y culturales favorecen la subsistencia política del sistema antiguo, donde el poder religioso se distribuye entre varios patriarcas y donde no se acata al obispo de Roma.

La fórmula del cesaropapismo hace que se mantenga un equilibrio entre el poder estatal y el religioso, que apoya la supremacía del emperador.

LA SOCIEDAD BIZANTINA.-

Una alta aristocracia terrateniente que ha trasformado sus posesiones en señoríos y ejerce la dirección de los asuntos públicos. Sus privilegios se ven amenazados por una clase clerical que se engrandece sin cesar y de la cual el patriarca de Constantinopla es un auténtico pontífice.

Es un clero secular pero sobretodo regular. Son los monjes, a cuyas casas van a parar las donaciones más sustanciosas y de donde salen sus miembros para predicar y profetizar, envueltos en un halo de milagrería e histerismo que captan con facilidad los espíritus más débiles.

Los comerciantes, enriquecidos por el tráfico con occidente y sobre todo por el de oriente, donde los persas ejercen de intermediarios, tienen bajo su mando multitud de marinos y artesanos. La mayoría son libres pero tienen que competir con la clase más baja, que abarata la mano de obra, y esto les obliga a trabajar febrilmente aunque sus oficios sean más desahogados y mejor retribuidos.

Los campesinos, lentos y silenciosos, que apenas dejan huella con el tiempo, ocupan el último escalafón de la población activa rural.

Los pequeños agricultorEs libres dejan de serlo para engrosar las filas de los colonos, siervos y hasta esclavos. Sólo hombres protegidos por su profesión militar forman en algunos casos el escalón social intermedio que está diluido en el sector rural bizantino.

Preguntas similares