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lo largo del siglo XX la población mexicana registró un incremento de más de siete veces su valor, pues mientras a principios de la pasada centuria había 13.6 millones de habitantes, a finales esa cifra ascendió a 97 millones, señala María Teresa Gutiérrez de MacGregor, investigadora del Instituto de Geografía de la UNAM, en el Nuevo Atlas Nacional de México.
Las tendencias generales que se presentan en el país a finales del siglo pasado, tanto en mortalidad como en fecundidad y movimientos migratorios, permiten inferir cambios estructurales traducidos en un aumento constante de ancianos, agrega.
La geógrafa indica además que desde el punto de vista demográfico el país cambió de una condición de alta mortalidad y natalidad a otra de baja en ambos aspectos; dicho descenso fue gradual y hoy en día ha dado como resultado un proceso de envejecimiento de la población.
Menciona en el Nuevo Atlas, publicado por el IG, que la principal característica en la distribución es la existencia simultánea de dos grandes procesos opuestos, pero dinámicos: la marcada concentración demográfica en unas cuantas áreas urbanas y la enorme dispersión de localidades pequeñas.
En 1970, 23.5 por ciento de la población total del país se ubicaba en tan sólo tres ciudades con más de un millón de habitantes; para 2000 esta proporción fue de 33.1 por ciento de individuos agrupados en nueve urbes.
Asimismo, en esa misma década había más de 54 mil localidades menores de 100 habitantes, en las cuales sólo residía tres por ciento de la población; en 2000 este tipo de asentamientos sumó más de 139 mil, en las cuales se agrupó sólo 2.5 del total de los mexicanos.
Por otra parte, México registró otro cambio significativo en 1970 al transformarse en una nación predominantemente urbana; no obstante, el despoblamiento del medio rural no ha terminado, únicamente ha disminuido a lo largo de los últimos 30 años.
Así, en esos años la población rural registró 24.6 millones de habitantes y a finales de siglo llegó a 30, es decir, su crecimiento medio anual en tres décadas fue de 0.7 por ciento; en cambio, en el medio urbano, para ese mismo periodo, la cifra aumentó de 24.3 millones a 68.1 millones, con un crecimiento medio anual de 3.5 por ciento.
Hasta mediados del siglo pasado, la mayor parte de los habitantes se concentró en el centro del país, pero en la década los 90 las áreas urbanas se fueron extendiendo por todo el territorio, especialmente en la frontera norte y en las llanuras costeras del Golfo de México, Mar Caribe y Océano Pacífico.
Existen 15 entidades caracterizadas por concentrar un máximo de población urbana. En orden decreciente son: Distrito Federal, Nuevo León, Coahuila, Baja California, Estado de México, Aguascalientes, Colima, Tamaulipas, Morelos, Jalisco, Chihuahua, Sonora, Quintana Roo, Tlaxcala y Baja California Sur. Las cinco primeras presentaron un grado de urbanización de entre 85 y 100 por ciento, y en ellas se concentraron 43.3 millones de ciudadanos.
Finalmente, se asienta en el texto coordinado por Atlántida Coll-Hurtado, que las ciudades localizadas alrededor de la Ciudad de México han registrado altos crecimientos demográficos; aunque si bien es cierto han sido receptoras de gran número de migrantes de la capital del país, también han albergado múltiples industrias y empresas que han favorecido su expansión.
Explicación:
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