Respuestas
Explicación:
El hombre moderno apuesta por la innovación tecnológica, pero es incapaz de advertir que en ella no radican las respuestas a sus frustraciones más esenciales: la tecnología, por sí misma, nunca será capaz de saciarnos. Nuestras necesidades biológicas, sí; las sociales, tal vez. Pero el ser humano es mucho más que un animal que lucha por sobrevivir: el hombre es, por naturaleza, un ser que busca no solo adaptar su entorno a él, sino también conocer su mundo interior.
Nuestra imposibilidad por responder a ciertas preguntas fundamentales nos ha llevado a percibir lo sobrenatural como una fuente poderosa de desarrollo espiritual. Gran parte de las religiones y doctrinas filosóficas son intentos por configurar la vida material como un medio para acceder a un plano elevado. Estas ideologías han logrado satisfacer espiritualmente a millones de personas y probablemente lo seguirán haciendo durante miles de años debido a la dificultad que existe en debatir acerca de aquello que, por definición, se encuentra fuera de la experiencia. En cualquier caso, nunca ha sido asunto de la ciencia el estudio de lo sobrenatural o del mundo interior del hombre y es tal vez por este motivo que la sociedad moderna suele verla como una construcción intelectual rígida y sin lugar para el desarrollo personal del ser humano.
Se trata, sin embargo, de una idea bastante alejada de la realidad. La física, en su afán por comprender las leyes del mundo natural, poco a poco ha ido revelando la historia del universo y, por extensión, la historia del hombre y de su lugar en este. La historia que ofrece no es una historia de cómo el hombre llegó al universo, sino una historia de cómo el universo llegó a transformarse en el hombre.