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Respuesta:
Que las persona que tiene el poder lo concentra todo en su persona, de manera absoluta, negando espacio para otras instituciones independientes o para la división de poderes, características básicas.
Características de la monarquía absoluta
Derecho divino
Esto significa que el poder emanaba de Dios y que el monarca ejercía dicho poder sin necesidad de atenerse a ningún tipo de limitación jurídica, dado que su voluntad quedaba por encima de las leyes. De alguna manera la Iglesia operaba de «intermediaria» entre Dios y el Rey, y se asumía que el Rey era naturalmente bueno, correcto y justo.
Poder hereditario y vitalicio
La condición de monarca o rey pasaba de padres a hijos de forma automática, más allá de condiciones o capacidades individuales, y se ejercía de por vida.
Poder absoluto
El monarca concentraba y detentaba el poder absoluto, no había ningún tipo de división de poderes, como hay hoy en los estados modernos. El rey tomaba la potestad de fijar leyes y decretos (atribución legislativa), asesorado cuanto mucho por un grupo de consejeros, así como de juzgar (atribución judicial), de instaurar impuestos, etc. No existían organismos fiscalizadores del accionar del monarca.
Ejército profesional
La persona del rey y sus amplísimas posesiones debían ser defendidas por una nutrida guardia real y por el accionar de un ejército profesionalizado, que le era incondicional y debía mantener el sistema monárquico en orden, puesto que era su brazo armado.
Sociedad estamental
Las monarquías absolutas rigieron en una época en que la sociedad estaba claramente dividida en clases o estamentos: por un lado estaban los miembros de la nobleza y el clero, con numerosos privilegios, y por otro lado existía una amplia clase integrada por campesinos, burgueses y asalariados urbanos, que son quienes realmente trabajaban y generaban los ingresos de la corona. Solo esta última clase, que vivía humildemente en áreas rurales o urbanas, cargaba con la obligación de pagar impuestos o tributos a la corona y el diezmo a la Iglesia.
Respaldo de la nobleza y el clero
Es evidente que en la monarquía absoluta no existían derechos ni garantías individuales, y que la inequidad era un fermento permanente del descontento, que se pudo mantener por el apoyo de los nobles, que recibían ciertos favores del rey, y del clero, que era parte del poder mismo en estados teocráticos como los de entonces.
Administración centralizada
El pago de impuestos sostenía los elevados gastos que demandaba la casa real y el funcionamiento de una compleja burocracia. La economía se basaba en la explotación agrícola de las tierras pertenecientes a los nobles, también se desarrolló el mercantilismo, con gran peso de los metales preciosos en la economía.