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El ejercicio físico se recomienda casi universalmente y hay mucha evidencia de que el ejercicio físico puede reducir la gravedad de la enfermedad COVID-19 y mejorar la calidad de vida antes y después de la infección.
El ejercicio físico promueve la salud física y mental y reduce el estrés. Además, puede estimular el sistema inmunológico, aumentar la calidad mineral ósea y prevenir enfermedades crónicas (obesidad, diabetes tipo II, hipertensión arterial). Según la edad de los niños y adolescentes, tiende a la postura y el equilibrio, la comunicación y el lenguaje, la interacción social, la autonomía personal, la atención y el aprendizaje. Estas actividades deben satisfacer la edad, el nivel cognitivo, la autonomía motora y funcional, y los intereses de los niños y adolescentes.