Respuestas
Respuesta:
Todo empezó el día en que los rumores dejaron de ser rumores para convertirse en dura realidad. Por fin, una fábrica, igual a muchas que la misma empresa poseía en otros países, iba a ser construida en el pueblo.
Según las habladurías, los dueños, que vivían muy lejos, se habían comprometido a reservar dos puestos de trabajo para los habitantes del lugar. Pero algunos vecinos estaban en desacuerdo con aquella promesa, ya que a cambio de tan poco no deseaban ver destruido un bosque, cuya pieza más apreciada era el árbol centenario en el que Julia había jugado desde pequeña. (Mueve el brazo como si descorriera un telón imaginario.) Y aquí es exactamente donde comienza nuestra historia.
(El narrador se va. Se ilumina el escenario. Entran dos operarios. Luego llegan Julia y su amiga Andrea.)
JULIA.— ¡No puede ser! ¡Llaman limpieza a cortar nuestro bosque!
ANDREA.— Hace tiempo que lo sabíamos. La semana pasada enviaron los permisos que autorizan a talar los árboles del bosque.
JULIA.— Pero no todos estamos de acuerdo. También tienen que escuchar a los que no quieren que se mate a nuestro árbol. (Señalando indignada hacia el tronco.) ¿Alguien le ha escuchado a él?
ANDREA.— Nadie puede escuchar a un árbol.
JULIA.— Yo puedo hacerlo. Se queja cuando hace mucho viento y susurra feliz al llegar la primavera. Se encoge cuando la nieve cae sobre él y estira sus ramas siempre que le acaricia el sol. Tiene vida, Andrea, tiene vida como tú y como yo. Ya casi no nos queda tiempo.
ANDREA (asustada).— ¿No estarás pensando…?
JULIA.— Te lo conté y te pareció una buena idea.
ANDREA.— Pero creí que estabas bromeando.
JULIA.— No bromeaba. Andrea. Desde que mi abuela me dijo que no habían hecho caso a nuestras protestas, empecé a prepararlo todo. Prometiste que me ayudarías, ahora no puedes volverte atrás.
ANDREA.— Si se enterase mi padre, me colgaría de otro árbol.
JULIA.— Lo haremos al anochecer y cuando esté arriba, lo único que tienes que hacer es traerme todo lo que yo vaya necesitando. (Al percibir las dudas de Andrea) Eres mi amiga, ¿no? Vamos. Lo tengo todo preparado en el cobertizo.
(Julia y Andrea se van. Regresan cargadas de bártulos y arman una tienda de campaña en un árbol.)
ANDREA.— Es increíble. ¿Cómo te has podido inventar una cosa así?
JULIA.— Vi la foto en un libro de boy scouts. También venían las instrucciones de cómo se podían hacer tiendas en los árboles. No te quedes ahí parada, tienes que ir subiéndome todo lo que falta. Es posible que me quede una buena temporada aquí arriba.
ANDREA.— Mira que si ahora te conviertes en lo que la gente pensaba y termina siendo verdad que eres…
JULIA (cortándola divertida, ríe).— Una ardilla.
ANDREA.— Entonces ya nunca más podré hablar contigo
Explicación:
espero que te ayude