• Asignatura: Castellano
  • Autor: lagarayr
  • hace 5 años

Cuál es la idea central del texto?? Cuál es la tesis que sustenta? Citas que expone? Argumentaciones que hace? Cuál es la conclusión?
Mi propósito es reconsiderar, a la luz de otros pasajes de la Comedia, el enigmático relato
que Dante pone en boca de Ulises (Infierno, XXVI, 90, 142). En el ruinoso fondo de aquel
círculo que sirve para castigo de los falsarios, Ulises y Diomedes arden sin fin, en una
misma llama bicorne. Instado por Virgilio a referir de qué modo halló la muerte, Ulises
narra que después de separarse de Circe, que lo retuvo más de un año en Gaeta, ni la
dulzura del hijo, ni la piedad que le inspiraba Laertes, ni el amor de Penélope, vencieron
en su pecho el ardor de conocer el mundo y los defectos y virtudes humanos. Con la última
nave y con los pocos fieles que aún le quedaban, se lanzó al mar abierto; ya viejos, arribaron
a la garganta donde Hércules fijó sus columnas. En ese término que un dios marcó a la
ambición o al arrojo, instó a sus camaradas a conocer, ya que tan poco les restaba de vida,
el mundo sin gente, los no usados mares antípodas. Les recordó su origen, les recordó que
no habían nacido para vivir como los brutos, sino para buscar la virtud y el conocimiento.
Navegaron al ocaso y después al Sur, y vieron todas las estrellas que abarca el hemisferio
austral. Cinco meses hendieron el océano, y un día divisaron una montaña, parda, en el
horizonte. Les pareció más alta que ninguna otra, y se regocijaron sus ánimos. Esa alegría
no tardó en trocarse en dolor, porque se levantó una tormenta que hizo girar tres veces la

nave, y a la cuarta la hundió, como plugo a Otro, y se cerró sobre ellos el mar.
Tal es el relato de Ulises. Muchos comentadores -desde el Anónimo Florentino a Raffaele Andreoli- lo estiman una digresión del autor.
Juzgan que Ulises y Diomedes, falsarios, padecen en el foso de los falsarios (...) y que el viaje de aquél no es otra cosa que un adorno episódico.
Tomasseo, en cambio, cita un pasaje de la Civitas Dei, y pudo citar otro de Clemente de Alejandría, que niega que los hombres puedan llegar
a la parte inferior de la tierra; Casini y Pietrobono, después, tachan de sacrílego el viaje. En efecto, la montaña entrevista por el griego antes
que lo sepultara el abismo es la santa montaña del Purgatorio, prohibida a los mortales. Acertadamente observa Hugo Friedrich: «El viaje
acaba en una catástrofe, que no es mero destino de hombre de mar sino la palabra de Dios.
Ulises, al referir su empresa, la califica de insensata; en el canto XXVII del Paraíso hay una referencia a la insensata o temeraria travesía de
Ulises. El adjetivo es el aplicado por Dante, en la selva oscura, a la tremenda invitación de Virgilio su repetición es deliberada. Cuando Dante
pisa la playa que Ulises, antes de morir, entrevió, dice que nadie ha navegado esas aguas y ha podido volver; luego refiere que Virgilio lo ciñó
con un junco, com'Altrui piacque: son las mismas palabras que dijo Ulises al declarar su trágico fin.
Carlo Steiner escribe: «¿No habrá pensado Dante en Ulises, que naufragó a la vista de esa playa? Claro que sí. Pero Ulises quiso alcanzarla,
fiado en sus propias fuerzas, desafiando los límites decretados a lo que puede el hombre. Dante, nuevo Ulises, la pisará como un vencedor,
ceñido de humildad, y no lo guiará la soberbia sino la razón, iluminada por la gracia.» Itera esa opinión August Ruegg (Jenseitsvorstellungen
vor Dante, II, 114): «Dante es un aventurero que, como Ulises, pisa no pisados caminos, recorre mundos que no ha divisado hombre alguno
y pretende las metas más difíciles y remotas. Pero ahí acaba el parangón. Ulises acomete a su cuenta y riesgo aventuras prohibidas; Dante se
deja conducir por fuerzas más altas.»
Tal argumento, sin embargo, importa un error. La acción de Ulises es indudablemente el viaje de Ulises, porque Ulises no es otra cosa que
el sujeto de quien se predica esa acción, pero la acción o empresa de Dante no es el viaje de Dante, sino la ejecución de su libro. El hecho es
obvio, pero se propende a olvidarlo, porque la Comedia está redactada en primera persona, y el hombre que murió ha sido oscurecido por el
protagonista inmortal. Dante era teólogo; muchas veces la escritura de la Comedia le habrá parecido no menos ardua, quizá no menos
arriesgada y fatal, que el último viaje de Ulises. Había osado fraguar los arcanos que la pluma del Espíritu Santo apenas indica; el propósito
bien podía entrañar una culpa. Había osado equiparar a Beatriz Portinari con la Virgen y con Jesús. (Cf. Giovanni Papini, Dante vivo, III,
34). Había osado anticipar los dictámenes del inescrutable Juicio Final que los bienaventurados ignoran; había juzgado y condenado las
almas de papas simoniacos y había salvado la del averroísta Siger, que enseñó el tiempo circular (cf. Maurice de Wulf, Histoire de la
philosophie médiévale). ¡Qué afanes laboriosos para la gloria, que es una cosa efímera!

Respuestas

Respuesta dada por: danielgonzalezvaz
3

Respuesta:

  1. La idea central de un texto es su principal argumento. Es decir, es la información más importante que se desea transmitir.

Explicación:

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