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Respuesta:
EMEJANZAAS Y DIFERENCIAS ENTRE LA TEORIA DE CONOCIMIENTO EN PLATON Y EN ARISTOTELES.
Son muy distintos:
En Platón conocer es recordar, reminiscencia donde la verdad está en el mundo de las ideas, dentro de nosotros. Lo que favorece el recuerdo es la filia que constituye el amor. El alma viene del mundo de las ideas.
En Aristóteles el alma cuando llega al mundo se convierte en una tablilla en blanco, puesto que nacemos sin saber nada. El alma empieza a ser con la constitución del ser con la generación, como principio sustancial, que se corresponde con la forma lo que determina. Conocemos mediante los sentidos captamos los objetos sensibles y hacemos una abstracción de los objetos y quedarnos con la idea del objeto que consistirá en la …ver más…
Al igual el vicio también es un habito.
- Con la ética que sigas sea buena o mala te dará la tranquilidad consciente o la intranquilidad, que te dice si esta haciendo el bien o el mal.
También hay diferencias entre la ética Aristotélica y la Platónica como:
- no era personal, sino dice, que el que hace el bien es a causa de la acción de la virtud y el que hace el mal es porque no ha sido educado, es un ignorante.
LA CONCCEPCIÓN DE LA SOCIEDAD EN ARISTÓTELES Y EN PLATÓN. SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS.
Para Platón como para Aristóteles el hombre necesita vivir en sociedad. El hombre es indigente, no es autosuficiente, necesita de los demás para satisfacer sus necesidades, necesita vivir en convivencia con los demás. Para ambos el fin de la sociedad es la felicidad de todos los ciudadanos.
Sin embargo, la idea de Platón es diferente de la de Aristóteles, Platón presenta una teoría de la sociedad tolitarista y autoritaria, en la que los ciudadanos están al servicio del Estado, los hijos se entregaban al Estado que los educa según su inteligencia para así llegar a ser gobernantes, guardianes o productores, aunque eso sí trabajando todos para el bien de la sociedad.
Respuesta:
Se ha dicho que la historia del pensamiento no es más que una serie de notas a pie de página de las obras de Platón y Aristóteles. Y la verdad es que a esa afirmación no le falta razón. Ambos, maestro y discípulo, son, con toda seguridad, dos de los pensadores más influyentes que ha dado la historia, y es cierto que buena parte de las teorías filosóficas que se han creado en los siglos posteriores beben, o directamente nacen, de sus ideas. Si las teorías racionalistas e idealistas no pueden entenderse sin Platón, lo mismo ocurre con las empiristas con Aristóteles. Estos dos titanes del pensamiento llevan más de dos mil años marcando el rumbo de Occidente.
Estas cuestiones son algunas de las que queremos repasar en este texto, de manera que el lector que se interese por una u otra filosofía sea capaz de entender cada una de la mejor manera posible. Vamos a repasar las posturas de los dos filósofos más representativos de Grecia, sus coincidencias y sus diferencias.
1 En el cuadro de Rafael La escuela de Atenas, Platón señala hacia arriba. Con el dedo apunta al lugar donde, en su opinión, reside el mundo verdadero, el de las ideas. Para Aristóteles, el mundo verdadero es el sensible, y la esencia de las cosas no reside en un mundo separado, sino en ellas mismas, en su materia y su forma. Por ello, en el mismo cuadro, él señala hacia abajo.
Para Aristóteles, el mundo verdadero es el mundo sensible
2 Respecto a la concepción divina, Platón habla de un principio ordenador o demiurgo. Aristóteles, de un motor inmóvil, principio de todo movimiento sin estar sometido a movimiento alguno.
3 Su estilo de escritura se diferencia mucho. Platón, con una hermosa forma y a través de Diálogos (cuyo protagonista no suele ser otro que su maestro, Sócrates), va abordando los distintos problemas del ser. Para llegar a ese punto, Aristóteles ha hecho inventario de todo ser viviente en sus tratados y así, con afán sistemático, abordará los diversos campos del saber universal.
4 Para Platón, el alma es inmortal. Y la unión del alma y el cuerpo es antinatural, una lucha constante entre sus diversas partes. Aristóteles defiende una unión natural y esencial del cuerpo y el alma, de la forma y la materia que conforman el ser humano.