elabora un escrito sobre la filosofia en el hombre
doy coronita y si no saben no respodan es para ahorita a la 1,15
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Desde el ángulo científico, la antropología es la ciencia del hombre en cuanto ser psicofísico, o simplemente en cuanto entidad biológica dentro de los demás organismos vivientes, y, en última instancia, dentro de la naturaleza. Por una parte, la antropología científica es un capítulo de la biología o, mejor dicho, un capítulo de la ciencia natural y, por otra, una ciencia que precisa no sólo del auxilio de la biología sino también de la psicología y de la sociología. Tenemos una antropología moral, otra médica, y otra étnica, y hasta se ha intentado elaborar una antropología filosófica que nosotros preferimos denominar antroposofía, con el objeto de poderla distinguir de las ciencias particulares del hombre. La antropología científica y la antroposofía son, consiguientemente, dos disciplinas que coinciden en su objeto material -preocupación acerca del hombre- pero que difieren radicalmente en su objeto formal.
En tanto que la antroposofía busca en el hombre sólo las causas primeras, la antropología investiga en el ser humano únicamente los principios próximos o causas segundas. La antroposofía demarca los límites de las otras ciencias antropológicas y les señala su objeto. Aquí tenemos a la antroposofía en su papel de juez. La metafísica de la existencia humana o antroposofía tiene bajo su dependencia -de un cierto modo- a todas las ciencias especiales, porque sus principios son los primeros en importancia y los máximos en elevación.
Aquí tenemos a la antroposofía en su papel de rectora. Aquí es cuando interviene la antroposofía en su papel de defensora. Ni el médico estudiando esqueletos, ni el etnólogo razas, ni el sociólogo tribus, ni el lingüista idiomas arcaicos, encontrarán al hombre concreto íntegro, vivo y actual o eterno. Los cultivadores de las ciencias especiales buscan al hombre donde el hombre no está, con instrumentos inapropiados para captar las sutilezas de lo humano.
« En ninguna época se expuso el conocimiento acerca del hombre en forma más penetrante ni más fascinante que en ésta. Y, sin embargo, en ningún tiempo se ha sabido menos acerca de lo que el hombre es. En ninguna época ha sido el hombre tan problemático como en la actual». Más allá del organismo está el hombre.
A este saber del ser humano se llega por la vía del espíritu. Pero como el hombre es el punto de contacto entre la tierra y el cielo, el itinerario prosigue hasta arribar a Dios. «Una antropología -ha dicho con razón José Gaos- no puede ser acabada si no acaba en teología. » Creo que ya es hora de reivindicar el vocablo «antroposofía», que ha rodado entre las impuras manos de los teósofos.
Sobre esta rica y previa visión de conjunto, podrán los hombres de ciencia manejar el arsenal inmenso de datos almacenados en un archivo muerto. Teodicea y antroposofía serían las dos partes de la metafísica especial. Metafísica porque tiene por objeto al ser inteligible, al ser despojado de la fenomenicidad. En la búsqueda del saber, cada hombre tiene sus peculiaridades, reglas y procederes propios.
Remedando una frase célebre, alguien ha dicho que «el método es el hombre», por cuanto lo más singular e intransferible del ser humano se proyecta en el método matizando su actuación teorética y práctica. Una antroposofía metafísica puramente deductiva sólo sería capaz de establecer un organismo de proposiciones de extrema generalidad y prácticamente ineficaces para conocer al hombre.
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