Respuestas
Respuesta:
ueron músicos y poetas medievales, que componían sus obras y las interpretaban, o las hacían interpretar por juglares o ministriles, en las cortes señoriales de ciertos lugares de Europa, especialmente del sur de Francia, entre los siglos XII y XIV. La poesía trovadoresca se compuso principalmente en idioma occitano.
Explicación:
Los trovadores, personajes mayoritariamente de la nobleza, con sus canciones amorosas sobre todo, pero también con sus composiciones de propaganda política, sus debates y, en definitiva, con su visión del mundo, muestran el inicio de una historia cultural y política con una variedad que no se encuentra en ningún otro documento de la época. Su literatura, además, será una de las fuentes básicas de la poesía que durante siglos se cultivará en Europa occidental. Incluso en el siglo XX, autores catalanes como Josep Vicenç Foix (1893-1987) no se pueden explicar del todo sin conocer aquello que compusieron estos escritores de los siglos XII y XIII que cantaban por los pueblos.
El estudio de los trovadores se incluye habitualmente dentro de la historia de la literatura occitana. Escribían en una variedad culta del idioma provenzal antiguo (lengua poética de los trovadores), que surgió en Occitania a finales del siglo XI y se extendió por el occidente europeo, sobre todo en Cataluña y el norte de Italia, conformando una literatura de una unidad importante en un momento en que las diferencias entre el provenzal y el catalán eran poco notables. Así, en la plenitud de su producción literaria ―siglo XIV y parte del siglo XV― en Cataluña, un mismo escritor usaba el occitano en su obra poética, y el catalán en la prosa. Esta situación pervive hasta la obra de Ausiàs Marc (1397-1459). La tradición literaria de los trovadores aún tuvo vigencia en parte de la poesía catalana del siglo XX, tanto con respecto a los aspectos formales como de contenido, representando una de las bases esenciales de la lírica catalana.
Conviene esclarecer la diferencia entre trovador y juglar. El trovador era un poeta lírico, por lo general de condición social elevada, que se acompañaba de una melodía fija y cuyo texto se fijaba por escrito y no se transmitía con variantes, además de que no necesitaba utilizar sus facultades artísticas como medio de vida. El juglar, sin embargo, llevaba una vida ambulante, recitaba con una entonación específica pero no melódica, memorizaba los textos e incluso improvisaba a partir de determinados motivos temáticos, podía ayudarse de la mímica y la dramatización; características que lo convierten en uno de los máximos representantes de la literatura de transmisión oral de carácter folclórico o popular. No obstante, en ocasiones es posible confundirlos o reconocer individuos que reunieron las dos tipologías. De modo muy esquemático, suele asociarse al trovador con el autor (creador), y al juglar con el actor (intérprete).1 Ambos se sintetizarían en la cultura musical del siglo XX con la imagen del cantautor.