Respuestas
Respuesta:
porque si esa es lo que DIOS quiso para ti , es porque tiene un gran plan para ti a futuro
Explicación:
Respuesta:
Cómo saber si Dios me llama a una vocación particular?
Como se ha dicho anteriormente Dios llama a todos y a algunos con una misión específica, pensada personalmente para ellos. "«Cada uno por su camino», dice el Concilio. Entonces, no se trata de desalentarse cuando uno contempla modelos de santidad que le parecen inalcanzables. Hay testimonios que son útiles para estimularnos y motivarnos, pero no para que tratemos de copiarlos, porque eso hasta podría alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para nosotros. Lo que interesa es que cada creyente discierna su propio camino y saque a la luz lo mejor de sí, aquello tan personal que Dios ha puesto en él (cf. 1 Co 12, 7), y no que se desgaste intentando imitar algo que no ha sido pensado para él.
Todos estamos llamados a ser testigos, pero «existen muchas formas existenciales de testimonio». De hecho, cuando el gran místico san Juan de la Cruz escribía su Cántico Espiritual, prefería evitar reglas fijas para todos y explicaba que sus versos estaban escritos para que cada uno los aproveche «según su modo». Porque la vida divina se comunica «a unos en una manera y a otros en otra»". Gaudete et Exultate, 11
El contexto en el que una persona puede descubrir su vocación es el de la oración, es decir, la relación viva y personal con Dios. La oración es absolutamente necesaria para la vida espiritual. Es como la respiración que permite que la vida del espíritu se desarrolle. En la oración se actualiza la fe en la presencia de Dios y de su amor. Se fomenta la esperanza que lleva a orientar la vida hacia Él y a confiar en su providencia. Y se agranda el corazón al responder con el propio amor al Amor divino.
Nuestro modelo es el Señor. Jesús ora antes de los momentos decisivos de su misión: antes de que el Padre dé testimonio de Él en su Bautismo y de su Transfiguración y antes de dar cumplimiento con su Pasión al designio de amor del Padre; Jesús ora también ante los momentos decisivos que van a comprometer la misión de sus apóstoles: antes de elegir y de llamar a los Doce, antes de que Pedro lo confiese como “el Cristo de Dios” y para que la fe del príncipe de los apóstoles no desfallezca ante la tentación. La oración de Jesús ante los acontecimientos de salvación que el Padre le pide es una entrega, humilde y confiada, de su voluntad humana a la voluntad amorosa del Padre.
Con su oración, Jesús nos enseña a orar, a descubrir la voluntad de nuestro Padre Dios y a identificarnos con ella. En la oración se puede discernir la voluntad de Dios en cada momento de la vida: “Tú también necesitas concebir la totalidad de tu vida como una misión. Inténtalo escuchando a Dios en la oración y reconociendo los signos que él te da. Pregúntale siempre al Espíritu qué espera Jesús de ti en cada momento de tu existencia y en cada opción que debas tomar, para discernir el lugar que eso ocupa en tu propia misión. Y permítele que forje en ti ese misterio personal que refleje a Jesucristo en el mundo de hoy”. Gaudete et Exultate, 23.
Además, en el momento del discernimiento vocacional puede ser de gran ayuda la figura del director espiritual, es decir, aquella persona a la cual nos podemos confiar y que, a través de sus consejos, nos ayuda a descubrir la voluntad de Dios y a luchar para ponerla en práctica.
Catecismo de la Iglesia Católica, 2558, 2657, 2601- 2622