Respuestas
Respuesta:
El terrorismo fundamentalista islámico no es un fenómeno monolítico, ya que ha estado protagonizado por múltiples y variados actores. A pesar de su diversidad, este fenómeno hunde sus raíces en una serie de factores de carácter psicosocial y en la superestructura ideológica y religiosa predominante en dichas culturas. El análisis de esta serie de variables es indispensable para poder interpretar el papel y la eficacia del terrorismo fundamentalista islámico en el mundo actual.
Explicación:
El final de la etapa de Guerra Fría y el "nuevo" orden mundial originado tras la misma deberían haber contribuido a unos niveles de paz y bienestar universales. Sin embargo, la política neoimperialista norteamericana, los déficits del modelo de relaciones internacionales vigente y las nefastas consecuencias que, sobre todo para el Tercer Mundo, está conllevando la era de la globalización han propiciado unos niveles de terror inusitados. La ira, la frustración y el resentimiento vividos por amplios sectores de las sociedades árabe-musulmanas han transcendido sus fronteras nacionales respectivas y han hecho de la propia comunidad internacional el escenario del horror. El terrorismo sigue siendo el arma de los débiles, y al situar a la comunidad internacional en su punto de mira, sin establecer distinciones entre los gobernantes y la población civil, hoy estaría respondiendo más al nuevo paradigma de guerra que al concepto clásico del mismo. En virtud del sentido transcendente de la violencia, los valores sociales predominantes y los patrones de categorización social característicos de las sociedades árabe-musulmanas es de prever, además, que el terrorismo fundamentalista islámico siga sometiendo a sus víctimas a un intenso y penoso calvario, cebándose, prioritariamente, sobre la población civil. Y es por ello que, entre otros factores, Occidente debería ir modificando, profundamente, su manera de relacionarse con el mundo árabe-musulmán.