Respuestas
Respuesta:
Debilidades
Pero no todos son buenas noticias, porque si bien Chile ha establecido cimientos firmes en cuanto a apertura económica y variedad de productos hay ciertos problemas que el país enfrenta y que lo podrían frenar e incluso jugar en contra a futuro. Al mirar cuál podría ser el talón de Aquiles del sector agroalimentario los expertos coinciden en dos factores.
El primero es el difícil acceso al financiamiento, crítica histórica del sector privado a las entidades financieras y al Estado, pues hace más de tres décadas que los bancos cerraron sus puertas al agro. Y aunque hoy existen oportunidades, empujadas desde los privados y desde el ministerio de Agricultura, para los pequeños y los grandes, los productores y exportadores medianos siguen teniendo la pista muy complicada. A ello se agrega que es un sector con un alto nivel de endeudamiento, lo que es vital en un ambiente de precrisis o crisis económica como el que ronda en la actualidad. Y esta falta de acceso al financiamiento se transforma en disminución de las inversiones e innovación, justamente lo opuesto a lo que se recomienda hacer cuando se está cerca de una crisis, ya que no hacerlo implicar restringir las oportunidades y no permite evitar que el sector caiga.
El segundo aspecto es el bajo nivel de investigación en el sector. Esta es una crítica recurrente, pues aunque existen muchas universidades trabajando en el agro todavía falta que trasciendan del papel y comiencen a ser aplicados masivamente en la industria.
Melo afirma que el desarrollo conjunto entre Estado, academia y empresas es vital y si no se hace el país se comenzará a quedar atrás.
“Yo creo que sin duda falta de todos lados. Ahora yo como académico veo que la industria no está madura ni preparada para realizar las inversiones que se necesitan. Aquí realmente los que tienen que hacer la investigación arriesgada son los del sector privado y ha sido difícil llegar a un acuerdo, porque como todo negocio necesitan soluciones rápidas y baratas y eso no existe”, explica.
Otras debilidades se deben a situaciones puntuales del país como el conflicto indígena no resuelto, una inadecuada legislación laboral, bajo y complejo acceso a la capacitación, uso ineficiente de los recursos hídricos y alto costo energético, según Gustavo Rojas.
Estas debilidades no son nuevas en el país y que aunque se ha trabajado para solucionar algunas, como la capacitación y los recursos hídricos, todavía quedan pendientes por cumplir.
En materia económica, Marcos Fava afirma que la debilidad más grande de Chile es tener un mercado interno pequeño y poca capacidad de expansión de tierras y productos, lo que obliga a aumentar la productividad y los rendimientos para así obtener el mayor provecho posible de un espacio restringido.
El costo energético también es un elemento que juega en contra y le resta competitividad al sector, sostiene Furche. Y esta situación podría incluso agravarse con cara al eventual déficit energético que, de no solucionarse, podría frenar el desarrollo productivo del país.
Otras debilidades que afectan fuertemente al sector son, a nivel social, el envejecimiento de la población rural y la constante migración a la ciudad de los jóvenes, lo que hace que la escasez de mano de obra se siga acentuando, y que a futuro se transforme en un verdadero freno. Janssen, quien realizó un informe para el Estado llamado “Plan de Acción 2030”, pudo percibir que la calidad y el nivel educacional de la mano de obra y ejecutiva sigue siendo baja.
“Lo pude percibir en tres niveles, los administradores de campo, que están un poco atrasados; investigadores y profesionales, cuentan con pocos doctorados y especialidades para articular más centros tecnológicos y leyes; y la mano de obra de campo, pues sus habilidades para cumplir con las tareas básicas es deficiente”, explica.
Explicación: