Respuestas
Respuesta:
Las prácticas discriminatorias en la vida cotidiana
perjudican sustancialmente la conformación de una sociedad
democrática e inclusiva en nuestro país. La discriminación
sitúa a las personas en categorías de valoración distinta,
generando exclusión, inequidad y la negación de diversos
derechos fundamentales.
Abordar las distintas formas de discriminación significa
ingresar al entramado de relaciones sociales que se
reproducen con frecuencia y que, basadas en prejuicios o
estereotipos, lesionan profundamente lo más íntimo de la
dignidad de los seres humanos. El trato despectivo hacia
las poblaciones campesinas, nativas o afrodescendientes; la
burla por la vestimenta; el menosprecio frente a una persona
con discapacidad; la no atención de la salud de quien ha
contraido el VIH/Sida; la separación de las cadetes y alumnas
embarazadas de sus centros de estudio; el impedimento de
ingreso a un lugar o establecimiento público por el aspecto
físico, son algunas de las múltiples manifestaciones de la
discriminación.
La ausencia de una respuesta integral y articulada por
parte del Estado para atender esta problemática, origina
que muchas personas no puedan ejercer adecuadamente sus
derechos, con el consiguiente menoscabo que ello supone en
su integridad personal.
Ante la gravedad de este problema, la Defensoría del Pueblo
ha asumido de manera decidida la tarea de contribuir con
los esfuerzos públicos y privados para erradicar los actos
discriminatorios, el racismo y toda forma de intolerancia que
se exprese en nuestra sociedad.