Respuestas
2. Hoy, estaras conmigo en el paraiso
3. He aqui a tu hijo. He aqui a tu madre
4. Dios mio, Dios mio, ¿Porque me has abandonado?
5. Tengo Sed
6. Todo está Consumado
7. Padre en tus manos encomiendo mi espíritu
.- Perdonar.
Padre perdónalos por que no saben lo que hacen.
El lema de Cristo era orar por los enemigos.
El pecador no es justificado por su ignorancia.
El Señor expresa amor en lugar de ira.
2.- Salvar. De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Las palabras del Señor dan esperanza a aquel
crucificado arrepentido.
En el mismo umbral de la muerte, cualquier persona
que se arrepienta puede experimentar la salvación.
¿Que vio Cristo en este ladrón arrepentido? Fe. La
Escritura dice: Sin fe es imposible agradar a Dios.
Conversión. El que no naciere de nuevo no ver el
reino de Dios.
3.- Encargar. Mujer he aquí tu hijo… he aquí tu madre.
La responsabilidad de hijo a madre continua
latente en el corazón de Jesús.
Jesús hizo los arreglos para que su muerte no
fuera dejar a Maria desamparada.
Jesús tenía plena confianza en él.
Maria lo aceptaría como otro hijo.
4.- Experimentar. Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado?
La soledad de Cristo fue
un desamparo espiritual.
Su sufrimiento fue sin la ayuda de su naturaleza
divina o la intervención del Padre. Jesús quedó solo literalmente
5.- Tengo sed.
Por un simple pronunciamiento de su naturaleza
divina aquella sed hubiera sido saciada y satisfecha. Pero no Jesús no lo hizo.
En esta expresión Jesús expresó su sufrimiento no
fingido.
Jesús tuvo sed por nosotros, para que tú y yo
pudiéramos beber del agua de la vida. (Juan 4:10, Apo. 7:17; 21:6; 22:1, 17)
6.- Consumado es
Sus tres años y medio de ministerio se completan
en la cruz.
Muchas escenas de su infancia, ministerio y
encuentros con personas pasan por su mente hasta que admite: Consumado es.
7.- Entregando el espíritu. Padre en tus manos encomiendo mi espíritu.
El Unigénito de Dios no estuvo exento de la muerte.
Nació humanamente y murió humanamente.
Su madre lo vio nacer y también lo vio morir.
Sin su muerte la expiación jamás se hubiera
llevado a cabo.
Jesús fue el cordero escogido desde la eternidad