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Érase una vez, un búho que adoraba pasar tiempo con sus amigos el elefante llamado orejas, el gato llamado flor, y el perro firulais, todo el mundo se burlaba de ese grupo de amigos pues creían que ese tipo de animales no podían convivir juntos, pero a estos grandes amigos no les importaban las críticas, inclusive tenían una forma de vestir muy peculiar, era clásico de los 4 usar lentes, una campana en el sombrero y una sola bota, pues solo tenían dos pares de botas y se ponía una cada uno, una bufanda roja y mucha pero mucha actitud.
Había un reno llamado Angel que siempre les hacía burla pues sentía que eran unos "ridículos", el reno era un contador que siempre cargaba con un lápiz, una calculadora, hojas, tijeras en una mochila y un reloj por supuesto pues odiaba la impuntualidad, precisamente por eso detestaba a los 4 amigos, pues ellos siempre jugaban con un balón, comían sandía y observaban insectos con una lupa a la luz del Sol en el parque, mientras que el sólo trabajaba y trabajaba sin descansar, haciendo operaciones en un pizarrón encerrado en su casa, con solo una fresa que comer.
Pero un día en el mes de mayo, cansado de toda esa aburrida rutina, se le prendió el foco y decidió intentar ir a jugar con el elefante, el gato, el perro, y el búho, el temía de que lo rechazaran, pero todo lo contrario, ellos no eran rencorosos, y aceptaron al reno, jugaron y jugaron, se llevaron tan bien que hasta lo vistieron como a ellos y compraron una bota más.
Desde ahí el reno entendió que es importante trabajar pero también es necesario tomarse un descanso y ser feliz.