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GINEBRA - Los servicios de prevención y tratamiento de las enfermedades no transmisibles (ENT) se han visto gravemente afectados desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, según una encuesta de la OMS publicada hoy. La encuesta, que fue completada por 155 países durante un período de tres semanas en mayo, confirmó que el impacto es mundial, pero que los países de ingresos bajos son los más afectados.
Esta situación es muy preocupante porque las personas que viven con ENT corren un mayor riesgo de enfermar gravemente de COVID-19 y morir.
«Los resultados de esta encuesta confirman lo que llevan diciendo los países desde hace varias semanas», dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud. «Muchas personas que necesitan tratamiento contra enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes no han recibido los servicios sanitarios y los medicamentos que necesitan desde que comenzó la pandemia de COVID-19. Es fundamental que los países encuentren formas innovadoras de garantizar que los servicios esenciales contra las ENT continúen, incluso mientras luchan contra la COVID-19».
Explicación:
Espero te ayude me pudes dar corona plis
Los cambios en nuestras actividades cotidianas y el aislamiento representan un factor de riesgo psicosocial, pues algunas personas pueden desencadenar trastornos de ansiedad o estrés, parecidos a los de la abstinencia dependiendo del contexto personal. Algunas de las reacciones más comunes durante esta etapa son:
Temor y preocupación por tu salud y la salud de tu seres queridos
Preocupación acerca de cómo protegerse del virus porque corren mayor riesgo de enfermarse gravemente
Cambios en los patrones de sueño o alimentación
Dificultades para dormir o concentrarse
Agravamiento de problemas de salud crónicos
Agravamiento de problemas de salud mental
Mayor consumo de alcohol, tabaco u otras drogas
Preocupación por la posible interrupción de los servicios comunitarios y de atención médica a causa del cierre de establecimientos o la reducción de servicios y el cierre del transporte público.
Sentirse socialmente aislado, especialmente si vives solo o en un entorno comunitario que no admite visitas a causa del brote.
Culpa si tus seres queridos te ayudan con sus actividades de la vida cotidiana.
Mayores niveles de angustia si:
Tienes problemas de salud mental anteriores al brote, como depresión.
Vives en hogares de bajos recursos o tienes barreras idiomáticas.
Sufres estigma a causa de su edad, raza o grupo étnico, discapacidad, o porque se te percibe como posibles agentes de propagación del COVID-19.
Estas situaciones pueden ser agobiantes y generar emociones fuertes, tanto en adultos como en niños, pero sobre todo en personas con mayor exposición al problema:
Adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Niños y adolescentes.
Personas que trabajan en el sector salud, médicos, proveedores de atención médica, enfermeras, camilleros, laboratoristas, personal administrativo de hospitales, y muchos más.
Personas con enfermedades mentales, incluidas las que padecen trastornos de abuso de sustancias.
Por ello, es importante aprender controlar la situación y mantenernos en calma