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Cómo enseñar la diferencia entre empatía y simpatía
27/06/2014 Escrito por Santiago Moll 42 Comments
¿Empatía o simpatía? Sin duda se trata de dos términos que en muchas ocasiones se prestan a confusión. De hecho, este no es el primer artículo en el que me refiero a la diferencia entre empatía y simpatía. Ya hablé sobre estas palabras en el artículo titulado 5 Maneras de escuchar a tus alumnos. ¿Qué es la escucha empática?
De ahí que este artículo tenga la intención de profundizar algo más y enfocarlo para que seas capaz de explicar a tus alumnos con la mayor claridad posible la importancia de diferenciar entre empatía y simpatía.
Además de diferenciarlos claramente, también podrás disfrutar de un magnífico vídeo de animación donde se hace una extraordinaria explicación acerca de ambos términos y siempre muy enfocado a los jóvenes. ¿Me acompañas?
Empatía
Imagen extraída de Shutterstock
Cómo enseñar a tus alumnos qué diferencia existe entre la empatía y la simpatía.
Antes de explicar de una forma clara y amena la diferencia entre empatía y simpatía, te recomiendo que visualices este magnífico vídeo que creo que enseña a la perfección cómo tus alumnos deben distinguir entre ambos términos. Te aseguro que el vídeo no tiene desperdicio.
Concretamente el vídeo se llama The power of empathy de René Brown (subtitulado en español):
Empatía:
Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro (RAE).
Conecta a las personas.
Tiene perspectiva y reconoce las emociones.
Se escucha para comprender.
Se centra en el plano emocional.
Se busca la conexión con la otra persona, sin necesidad de una respuesta verbal.
No busca la solución al problema o estado de ánimo.
No busca lo positivo, sino simplemente comprenderlo.
No busca la aprobación.
Requiere de un aprendizaje previo.
No se juzga al otro.
Simpatía:
Inclinación afectiva entre personas, generalmente espontánea y mutua (RAE).
Lleva a la desconexión.
Se escucha para responder.
Se centra en el plano intelectual.
Busca la aprobación.
Se esfuerza en hallar algo positivo al problema.
Tiende a buscar una solución al problema o estado desánimo.
Se siente el mismo estado emocional que la otra persona, pero sin la necesidad de comprenderla.
Supone una valoración del otro, es decir, tiende a dar consejos.
Se busca una respuesta verbal, una contestación:
Pues a mí me pasó…
Al menos tú…
Ya verás como…
Seguro que…
Se busca la amabilidad.
Implica compasión.
Se suele quitar importancia al problema del otro.
Un ejemplo de diálogo simpático.
– ¿Cómo estás?
– Mal.
– ¿Por qué?
– He suspendido matemáticas con un 4,5.
– Tampoco está tan mal. Al menos has sacado mejor nota que yo.
– Es que había estudiado tanto…
– Al menos tú pasas de curso. Yo no lo tengo tan claro.
– Mis padres se van a disgustar mucho conmigo.
– Seguro que no será para tanto. A Ana le pasó lo mismo y sus padres al final no le dijeron nada.
– Ojalá sea cierto.
– Ya verás como al final todo se arregla.
¿Por qué decantarse hacia la empatía?
Si te has fijado en las cualidades entre empatía y simpatía y has leído el diálogo simpático, te habrás dado cuenta de que hay una diferencia significativa entre empatía y simpatía.
De ahí que sea fundamental que enseñes a tus alumnos que no hay que buscar ser simpáticos, sino empáticos, que no hay que buscar respuestas, sino que es suficiente a veces con comprender al otro.
En una sociedad ávida de respuestas el término simpático tiene una connotación positiva, pero no así en el plano emocional. De ahí la importancia de que seas capaz de enseñar a tus alumnos la diferencia. ¿Aceptas el reto?