¿Cómo te imaginas que era la vida en el campo y las ciudades de México en los primeros de de la vida independiente en México?
Ayuda porfavooooooooooor se los pido
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Respuesta:Durante la primera mitad del siglo xIX, las ciudades de Mé±ico eranpequeñas y poco pobladas; la mayor parte de la población vivía enáreas rurales y se dedicaba a labores agrÍcolas.Con el paso del tiempo, el cambio más importante en el campo fue elcrecimiento gradual de las propiedades como ranchos y haciendas, quellegaron a tener gran e±tensiÓn. Ante esto, muchas personas abandona-ron sus lugares de origen para irse a vivir a estas propiedades.Otro aspecto que cambiÓ y afectÓ la vida en el campo fue lalevao reclutamiento forzoso para el ejÉrcito. Debido a esta práctica, nu-merosos campesinos fueron obligados a dejar sus labores cotidianaspara servir en las filas militares, lo cual caus² la desintegraci²n defamilias y poblados.En las ciudades, la vida cambi² poco a poco. En buena medida,las personas continuaron desempeÑando los oficios y las actividadesdel Virreinato: la mayor³a eran jornaleros, vendedores ambulantes,artesanos o trabajaban en el servicio dom´stico; tambi´n hab³a,en menor cantidad, empleados públicos, comerciantes, tenderos,funcionarios, militares, profesores, mµdicos, abogados, sacerdotesy monjas. Un fen¶meno que comenz¶ a observarse en algunas ciu-dades fue el aumento de la poblaci¶n proveniente del campo, quedesempe·aba diversos oFIcios, como aguadores, vendedores ambu-lantes o cargadores en los mercados; otros, debido a las circunstan-cias se ve¸an obligados a convertirse en limosneros.
Explicación:espero te sirva
Respuesta:
GUADALAJARA, JALISCO (01/AGO/2010).- Una vez lograda la Independencia, en 1821, la sociedad mexicana vivió un día normal, las mujeres fueron al mercado y los hombres se fueron a trabajar al campo, como lo hacían cada mañana. La vida cotidiana, es decir, las historias de la cocina, de la escuela, de la calle, de las relaciones humanas no se alteraron, ni la gente se vistió de gala al día siguiente para celebrar el fin del dominio español, porque la gente común estaba más preocupada de su acontecer diario, que de forjar una nación diferente.
De acuerdo a la historiadora Karla Bordes, aún hace falta estudiar la cotidianeidad de las poblaciones, pues la historiografía se ha centrado en la descripción y análisis de los acontecimientos y personajes históricos.
La vida cotidiana es la historia de lo que pasa todos los días, desde las ideas, la preparación de los alimentos, las relaciones humanas o la forma de estudiar, “es todo lo que hacemos, es el marco para hablar de los mitos, las leyendas, los cuentos, la educación, la comida, la cultura, pero bastante despegada de la historia documental”, dice la también auxiliar de la coordinación del diplomado México: Nuestras historias, que se imparte en el Sistema Universidad Virtual (SUV) de la Universidad de Guadalajara.
El acontecer diario es historia en medida que es producto de los seres humanos. Y de acuerdo a Karla Bordes, es una realidad poco investigada, pero que reclama su lugar en la historiografía mexicana, a pesar de que no queda registrada en edictos, leyes y promulgaciones, “y que es valiosa si se rescata la oralidad, la memoria, los silencios, las prácticas cotidianas”.
Afirma que en el caso de los personajes históricos “no se trata de desmitificarlos hasta convertirlos en chisme de pasillo, sino de hacerlos personajes cercados de los cuales podamos aprender. Por ejemplo, no hay que quitarle la máscara a Miguel Hidalgo y saber con cuántas mujeres se acostaba, sino cuáles eran sus luchas internas y externas, sus contradicciones, porque sus contradicciones son las mismas que las de cualquier ser humano”.
El problema al que se enfrenta la historia es a que en muchas ocasiones está construida a partir de mitos, y precisamente son los relatos de la vida ordinaria los que deben derribar esos “fantasmas”.
La investigadora de la UdeG agrega que no se puede negar la gran herencia de la época colonial en el México independiente en el desarrollo de la sociedad, especialmente en las relaciones de pareja, ya que durante los 300 años de dominación española a la mujer se le consideró como acompañante, ayudante y “sirvienta” del hombre.
Durante el siglo XIX, a pesar de que hubo cambios estructurales en lo político, ideológico, económico y social, en el ámbito personal no hubo cambios para las mujeres, ya que no podían opinar ni siquiera, eran omitidas por la mayoría de los varones y no se les permitía ni siquiera decidir sus sentimientos en cuestiones de amor, amistad y fraternidad. Aún después de la Independencia de México, a lo más que podían aspirar era ser vista como conservadora de la riqueza, de la sangre y de la religión.
Explicación:
si queres dame la corona (: