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ipos de narrador
Una de las principales dudas que surgen a la hora de escribir un libro o un relato, con el fin de publicar un libro, es qué tipos de narrador resultan más apropiados para nuestra historia. A través del narrador conocemos datos, personajes, escenarios, opiniones, emociones… Pero siempre desde un punto de vista, una perspectiva y un tono en concreto. Por ello, debemos tener en cuenta lo que queremos contar, cómo nos gustaría hacerlo y cuál es nuestro objetivo. Es decir, el efecto que queremos generar en el lector.
Aunque no haya una respuesta única y definitiva, seleccionar un tipo de narrador u otro es vital para dotar a la historia de verosimilitud. Así también lograremos que el lector se enganche página tras página. Enfocados en la misión de cómo editar un libro, la elección y determinación de la vos que nos acompañará a lo largo de todo el libro será vital. Veamos, por tanto, qué tipos de narrador existen y cuándo usarlos.
1. Tipo de narrador protagonista
Descrito en primera persona y también conocido como «narrador personaje», es fácil de identificar porque la voz que cuenta la historia es el personaje principal y se sitúa en el centro de la acción. La principal característica reside en que, al formar parte de la historia, su punto de vista sobre los hechos es limitado y subjetivo. Este tipo de narrador aporta credibilidad, ya que permite que el lector lo perciba como alguien real y cercano, alguien que le habla directamente y con el que camina de la mano a través de los acontecimientos. Como personaje que es, debemos construirlo en función de su psicología, expresándose, actuando y opinando en función de esta. Sin olvidar el resultado que queremos hacer llegar al lector: empatía, odio, complicidad, etc.
El narrador protagonista se encuentra a menudo en el género noir, pero también es común en los diarios, las biografías o el monólogo interior. Editar un libro con este tiempo es complejo. En novela, algunos ejemplos son Los juegos del hambre, de Suzanne Collins; El largo adiós, de Raymond Chandler; El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger.
2. Narrador en segunda persona
Aunque, dentro de la clasificación de los distintos tipos de textos o tipos de narrador, este haya caído practicamente en el olvido, su uso común se centra en los blogs o en el género epistolar (cartas y similares). Si lo que quieres es hacer partícipe de la historia al lector y convertirlo en protagonista, este es el tipo de narrador idóneo. Ahora bien, para trasladar a tu público hasta ese punto, es de suma importancia describir los hechos, los lugares y las atmósferas a la perfección, así como adelantarte a sus posibles reacciones y saber qué sentimientos vas a despertar en él. El lector tiene que crear ese mundo en su mente como si fuera real. Emplea el tiempo presente para captar su atención y que experimente lo que se está narrando, como si fuera un actor que se dispone a interpretar una obra.
Este narrador quizá sea el más difícil de construir, puesto que, si no se hace con extremo cuidado, puede confundir al lector. Pero si consideras que tu relato necesita de una voz tan concreta como esta, no dudes en elegirlo. Ejemplos: El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald; Aura, de Carlos Fuentes; Querido John, Nicholas Sparks.
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