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Respuesta:
Luisa y Juan Manuel pero que hermoso niño entre sus brazos
Hermoso regalo del creador
Que estrella tan preciosa marca su frente
Cuanto amor para el niño, brinda la madre
Cuanto valores enseña el padre
Oh, pequeño niño la brisa de mar te hace dormir en la cuna
Pero que linda mirada, la luna de Paita te cautiva
Pequeño, de risas y juegos
Pequeño de estrellita de mar
Pequeño de piececitos mojados por el agua divina de nuestro mar
Tienes un gran sueño
Quieres, conquistar el mundo con tu barquito
Quieres, recorre la vida, a ritmo de las olas del mar
Ya estás en altamar, mira las estrellas, miras el horizonte sin fin
Tu sueño, hecho realidad
Pequeño niño, eres un hombre altivo y tenaz
Gran Marino, cuanto amas a tu Patria
Gran Marino, porque estas triste
La sangre en tu tierra
El dolor en tu Patria
La angustia en el alma
El dolor en el corazón,
Ya no está la gaviota
Ya no está la estrellita de mar
Ya no está, el barquito de papel
El Huáscar en altamar,
La epopeya en el mar,
La muerte en el Pacifico
Arturo Prat, hermano chileno has muerto
Que dolor en tu gran Corazón Miguel Grau, Caballero del Mar,
Consuelo, que calma la angustia
Carta de honor, aliviando el dolor
Miguel coraje
Miguel entrega
Miguel pasión
Miguel dignidad
Grau es el Huáscar y besas los vientos con tus maderos
En galanas la historia, con tus hazañas
Grau en la gloria junto a su gran monitor
El mar de Angamos destella con las luces del mar
Miguel caballero de pundonor
Miguel el sabio del mar, junto a tu Huáscar colosal siembre estas
Proa que jugueteas con la luna
Popa que besas las estrellas
Mástil que tocas el sol
Miguel Grau, iluminas la historia con tus hazañas en Angamos e Iquique
Tu vida ejemplo de virtud
Tu vida pasión por la nobleza
Tu vida entregas, por la defensa de nuestro mar
Caballero eterno de los mares del Pacifico, tu nombre tatuado en nuestro corazón por siempre estará.
Autora Lilian Houghton Hidalgo.
Unas líneas de la carta de despedida, de Don Miguel Grau y Seminario, hijo ilustre de Piura y héroe máximo del Perú.
Se observa la total convicción de entrega de su vida en defensa de nuestra patria.
“Me lisonjea la idea que al separarme de este mundo, tengan mis hijos un pan que comer; pues no dudo que la Nación te otorgue por lo menos mi sueldo íntegro, si es que muero en combate. Nada más tengo que pedirte, sino que me cuides a mis hijos y les hables siempre de su padre. Con un abrazo eterno se despide tu esposo Miguel Grau.”