Busca un libro que consideres complicado, quizá un libro universitario con fórmulas matemáticas o
explicaciones atómicas o Ulises de James Joyce o el Himno Nacional o hasta el manual para jugar
Risk (cualquier libro técnico o instructivo puede servir para el juego). Se trata ahora de que elijas algún
fragmento y lo leas en voz alta. Aunque puedes hacerte el sabelotodo viéndote al espejo, es más
divertido si llamas a un amigo o a tus papás. Leerás con mucha confianza, como si fueras un experto
en el tema, y tus interlocutores deberán interrumpirte cada vez que no entiendan algo (aunque sea
muy seguido). Tú les explicarás perfectamente qué quiere decir lo que acabas de leer: desde una frase
hasta una palabra. Por supuesto, invéntatelo todo. Puedes intentar encontrarle alguna lógica absurda
a las palabras, según lo que te suene que podrían significar. Extiéndete en las explicaciones
disparatadas hasta el delirio.
Ahora juega a lo opuesto. Busca un libro que consideres muy muy fácil de leer y entender. Tal vez es
un libro que leías de más chiquito o alguno con “Instrucciones para la vida”, ¿Quién se ha llevado mi
queso?, recetas para hacer gelatinas o hasta la saga Crepúsculo. Ahora tu compañero de juegos será
quien te lo lea y tú deberás dudar de todo lo que oigas. Ser un nolosenada y cuestionar el sentido de
todo lo que te lean puede revelar que quizá lo que te leen no tiene mucho sentido. ¿Eh? Por ejemplo:
¿qué rayos significan estas cosas que se dicen cierto tipo de vampiros?: “una carcajada breve, seca y
frustrada” o “no estás dormida ni muerta” o “cada movimiento de la manecilla del reloj duele como el
latido de la sangre debajo de un moretón”. Quienes te leen son nolosenadas como tú, intenten explicar
qué significa juntos, con teorías divertidas.
Una variación del juego es que sea otra persona la que elija el libro “difícil” o “fácil” para ti. ¿Cuándo
empieza a ser difícil un libro? ¿Cuándo es fácil? Puede ser divertido para conocerte mejor como lector.1
1. Busca 5 palabras que no conocías del libro que consideró complicado, y 5 palabras que no
conocías del libro que consideró muy muy fácil de leer y entender y busca su significado de
cada una de ellas.
2. Haz un resumen de diez (10) renglones de la lectura del libro complicado y otras diez (10)
del libro muy muy fácil.
3. ¿Cuál sería el título que escogerías para las lecturas que tu escogiste?
4. ¿Cuéntame que te pareció leer cada uno de los libros?
5. ¿Qué dijeron los que te vieron leer? (Mínimo dos opiniones de dos personas con su número
telefónico para verificar su actividad.
1. Haz la grabación del video (puede ser por partes) de manera espontánea y en un lugar que
tenga claridad.
2. Al finalizar la grabación grábate y cuéntame ¿qué te pareció leer cada uno de los libros?
3. Pregunta a dos o tres miembros de tu familia o amigos que opinan de ti como lector
4. Y por último cuéntame que te pareció la actividad.
5. Edita el video con aplicaciones en las Tiendas Virtuales de PlayStore o AppStore, debes
agregar tu nombre completo, grado, área, institución y año, si le pones música de fondo
debes tener cuidado que se pueda escuchar lo que leas y lo que opinan los que te escuchan.
Respuestas
Respuesta:
Busca un libro que consideres complicado, quizá un libro universitario con fórmulas matemáticas o explicaciones atómicas o Ulises de James Joyce o el Himno Nacional o hasta el manual para jugar Risk (cualquier libro técnico o instructivo puede servir para el juego). Se trata ahora de que elijas algún fragmento y lo leas en voz alta. Aunque puedes hacerte el sabelotodo viéndote al espejo, es más divertido si llamas a un amigo o a tus papás. Leerás con mucha confianza, como si fueras un experto en el tema, y tus interlocutores deberán interrumpirte cada vez que no entiendan algo (aunque sea muy seguido). Tú les explicarás perfectamente qué quiere decir lo que acabas de leer: desde una frase hasta una palabra. Por supuesto, invéntatelo todo. Puedes intentar encontrarle alguna lógica absurda a las palabras, según lo que te suene que podrían significar. Extiéndete en las explicaciones disparatadas hasta el delirio.
Ahora juega a lo opuesto. Busca un libro que consideres muy muy fácil de leer y entender. Tal vez es un libro que leías de más chiquito o alguno con “Instrucciones para la vida”, ¿Quién se ha llevado mi queso?, recetas para hacer gelatinas o hasta la saga Crepúsculo. Ahora tu compañero de juegos será quien te lo lea y tú deberás dudar de todo lo que oigas. Ser un nolosenada y cuestionar el sentido de todo lo que te lean puede revelar que quizá lo que te leen no tiene mucho sentido. ¿Eh? Por ejemplo: ¿qué rayos significan estas cosas que se dicen cierto tipo de vampiros?: “una carcajada breve, seca y frustrada” o “no estás dormida ni muerta” o “cada movimiento de la manecilla del reloj duele como el latido de la sangre debajo de un moretón”. Quienes te leen son nolosenadas como tú, intenten explicar qué significa juntos, con teorías divertidas.
¿Y QUÉ TAL SI…
…tú no sabes si sabes o no? Una variación del juego es que sea otra persona la que elija el libro “difícil” o “fácil” para ti. ¿Cuándo empieza a ser difícil un libro? ¿Cuándo es fácil? Puede ser divertido para conocerte mejor como lector.
2. LA HISTORIA SIN… SIN
¿Cómo se lee una historia sin palabras o una historia sin ilustraciones? Primero elige un libro ilustrado que nunca hayas leído. Observa solamente las ilustraciones, no leas el texto, sólo lee las ilustraciones. Puedes ayudarte (o pedirle a alguien que lo haga por ti) cubriendo todos los textos con un pedazo de papel rectangular. Y ahora sí: ¿cómo lees SIN palabras? ¿Qué cuentan las ilustraciones? ¿Qué historias te imaginas? Dilas en voz alta si invitas a tus amigos o sólo para ti si haces el juego solo. Cuando termines, regresa al principio del libro y, ahora sí, lee los textos. ¿Coincidió con tu historia? ¿En qué es diferente? ¿Cuál te gusta más? Pueden hacer todo el experimento en equipo.
Toca el turno de la historia sin ilustración. Que un amigo o familiar te lea un libro ilustrado que le guste mucho y que tú no conozcas. Cierra los ojos y escucha la narración o el poema. Presta atención a cómo surgen las imágenes en tu mente. ¿Cómo te imaginas a los personajes, los lugares, las expresiones? Cuando termine, cuéntale al que leyó cómo te lo imaginaste o haz dibujos. Luego lean, vean y escuchen juntos todo el libro. ¿Se parecen las ilustraciones a lo que habías imaginado? Esto nos pasa cuando vamos al cine a ver una película basada en un libro que leímos. Es casi imposible que dos personas imaginen lo mismo cuando leen algo. Por eso no siempre salimos conformes de la función, porque cada uno lo había imaginado a su manera. Pero a lo mejor las dos versiones nos gustan o con la del libro ilustrado o la película hacemos ajustes a la nuestra y vemos más detalles de los que habíamos pensamos. De esta forma aumentamos lo que somos capaces de imaginar.
Explicación: