Respuestas
Desde el siglo XVI se documenta la llegada de africanos a América, como mano
de obra requerida por la expansión colonialista europea, que en América
instaura un sistema esclavista ya superado histórica y económicamente. El largo
camino que recorren los esclavizados queda marcado por las pérdidas culturales
del origen y las génesis culturales nuevas. El caso del Pacífico representa la
creación de la diversidad por parte de grupos humanos surgidos de la diáspora,
con sus retenciones, hibridizaciones y creaciones culturales adaptativas para un
medio nuevo, en el largo cinturón de la llanura húmeda6. Para llegar a este
escenario geográfico, a estas "tierras bajas", recorrieron primero el sendero que
llevaba de Cartagena a Popayán, al Valle geográfico del Cauca y luego el
rumoroso camino en fuga o en libertad comprada o decretada. Con algunas
diferencias, los asentamientos se van dando a lo largo de los ríos, con la selva de
respaldo, en territorios donde también habían habitado los "indios bravos",
artífices de las cerámicas y "guacas". Allí comenzaron a explorar otro mundo, a
conocer los entreverados caminos de los esteros y los senderos de la selva como
cazadores, pescadores, luego cortadores de madera o "tuqueros", como mineros o
agricultores independientes, lejos de las minas o haciendas esclavistas, de donde
se emigró "con una mano adelante y otra atrás", a compartir un territorio, a
crear unas prácticas productivas que les permitieran sobrevivir7. Si bien la
relación del afropacífico con el indígena estuvo signada por el trauma de la
colonización, también es cierto que mutuamente tuvieron que llevar a cabo la
apropiación o reapropiación del territorio.