Respuestas
Respuesta:
El uso de tarja como cartulina o pieza donde se pinta un emblema o rótulo fue desplazado por el diminutivo tarjeta. (La tarjeta de visita es una especie de escudo de armas, con las glorias del portador.) Pero no completamente. Según Darío Rubio (Estudios lexicográficos. La anarquía del lenguaje en la América Española, México, 1925), “En Costa Rica, en Honduras y en Chile, TARJA es una tarjeta de visita. En México es un programa de fiestas religiosas.” (Es de suponerse que se refiere a la cartulina en el atrio que anuncia los oficios de Semana Santa, por ejemplo.) El uso de tarja como nombre de una moneda desapareció con ésta.
Tarja viene del francés targe (‘rodela’), pero se remonta al indoeuropeo dergh (‘agarrar’), que está en el origen de dracma, adarme, tarja y tarjeta, según Robert y Pastor (Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española). De dergh también derivan targe (‘rodela’) y target (‘rodela usada como blanco’) en inglés, según The American Heritage dictionary of Indo-European roots.
En el siglo xvii, tarja adquirió otro significado en español: la media caña o tablita donde se hacen muescas para llevar la cuenta de lo que el cliente compra o bebe fiado, con copia (que se lleva el cliente) en la otra mitad de la caña o tablita. (Casando original y copia, salta a la vista que concuerdan: que no hay alteración.) De ahí tarjar, ‘cargar a la cuenta’.
Quizá también se ha dicho tarjar de ‘hacer muescas en un arma para llevar la cuenta de los muertos’. Además de la semejanza, puede haber una conexión entre esta práctica contable (ilustrada en las películas de vaqueros) con los conceptos de ‘cargarse a alguien’ y ‘deber una muerte’, que se remontan a la tradición de blasonar las glorias del guerrero. En apoyo de esta hipótesis, hay un paralelo. Según el Diccionario de Autoridades de la Academia (1737), Quevedo usó tarjar burlonamente, para referirse a la cuenta de los años que marcan las arrugas:
Explicación:
espero te ayude