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Su principal objetivo, fue la restauración del Imperio Romano de Occidente.
Por eso comenzó a incursionar en los territorios vecinos, así se fue apoderando desde el Océano Atlántico hasta el río Elba y desde el mar Báltico hasta los Pirineos. Es decir, desde el Danubio hasta el Atlántico, desde Roma hasta el Mar del Norte, incluyendo Francia, el norte y centro de Italia y gran parte de Alemania.
A su paso fue evangelizando los pueblos conquistados. Buscaba unir Europa culturalmente a la fe cristiana.
Enfrentó a los pueblos más belicosos: a los sajones del Norte de Alemania, a los ávaros, a los lombardos del Norte de Italia. Como el Papa de mediados del siglo VI estaba en apuros, pidió ayuda al fiel Carlomagno, el que acudió a recuperar la autoridad papal y le valió la coronación de Rey de los Lombardos a Carlomagno.
Desde entonces, los territorios lombardos fueron concedidos al papado, ldando lugar a los Estados Pontificios, que se unificarían con Italia en 1870.
La Marca Hispánica, cerca de los Pirineos fue ocupada x el rey cristiano, pero la derrota en Roncesvalles lo frenaron para no llegar a la España musulmana.
Su buena relación con el Papa le valió la coronación del año 800 en Aquisgrán, la capital del imperio.
VINCULACION CON EL IMPERIO CAROLINGIO Y EL SACRO IMPERIO:
El Papa el año 800 restaura el Imperio. Restauración que se produce bajo la formalidad de una coronación llevada a cabo por la persona y autoridad del Sumo Pontífice. Es el Papa León III el que con su autoridad está creando ex novo esta realidad de ámbito civil: el Sacro Imperio. En la antigüedad había existido el Imperio.
En el año 800, el Sumo Pontífice está creando por su autoridad una realidad jurídica que no había existido nunca, es decir, es el ámbito religioso el que va a crear una figura jurídica de ámbito civil.
La coronación imperial no concedía más territorios, no concedía más prerrogativas al monarca del Imperio Germánico, no añadía ni un ápice de poder al que le habían concedido los Electores.
El emperador llegará, incluso, a confirmar la elección de los sumos pontífices. Estos deberían prestar juramento de fidelidad al emperador (no de vasallaje) en presencia de sus legados. Carlomagno llegará a oficiar de diácono en la misa de su coronación revestido de una dalmática al lado del Papa en el altar.
En la práctica, los emperadores llegarán en varias ocasiones a suspender su obediencia al Sumo Pontífice colocando a otro obispo en Roma por vía militar. Por su lado, los Sumos Pontífices se sabrán poseedores, en la práctica, del poder de deposición de la cabeza temporal.
El emperador Enrique IV y el papa Gregorio VII protagonizarán la más espectacular lucha entre los dos poderes. Ambos poderes se combatirán encarnizadamente con todas sus armas. En la etapa final de esta lucha entre ambas personalidades del siglo XI, ya no se buscará ni la colaboración, ni el acuerdo, sino la desarticulación total del poder del adversario. Sin embargo, ambos sabrán que aunque logren la deposición del antagonista, tanto la institución papal como la imperial deberán subsistir.
El final del Sacro Imperio Germánico coincide con el final del concepto de Cristiandad. La Cristiandad, como concepto, es quebrantada por la rebelión protestante.
NACIMIENTO DEL SACRO IMPERIO
Los invasores nórdicos (vikingos) aprovecharon la debilidad en que se encontraba Europa, tras la muerte de Carlomagno, y atacaron.
Con la desaparición de la dinastía carolingia, se produjo la fragmentación entre un poder central y varias autoridades locales.
Con la aparición de Otón I, rey de la dinastía de Sajonia, cuyo prestigio fue adquirido al derrotar a los húngaros y a los eslavos, renace la idea de la autoridad imperial.
Al igual que Carlomagno, realizó una alianza con el Papa y se coronó emperador en el año 962, dando nacimiento a un nuevo imperio: el Sacro Imperio Romano Germánico, denominación que adquirió Germania, a partir de entonces. La denominación de sacro o sagrado provenía de la ceremonia consagratoria de la autoridad imperial a cargo del Papa, representante de Dios en la Tierra.
EXTENSION DEL IMPERIO
En su apogeo, el imperio englobaba la mayor parte de las actuales Alemania, Austria, Suiza, Liechtenstein, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, República Checa y Eslovenia, así como el este de Francia, norte de Italia y oeste de Polonia. Y con ellos sus idiomas, que comprendían multitud de dialectos y variantes de lo que formarían el alemán, el italiano y el francés, además de las lenguas eslavas. Por otro lado, su división en numerosos territorios gobernados por príncipes seculares y eclesiásticos, obispos, condes, caballeros imperiales y ciudades libres hacían de él, al menos en la época moderna, un territorio mucho menos cohesionado que los emergentes estados modernos que tenía a su alrededor.
Por eso comenzó a incursionar en los territorios vecinos, así se fue apoderando desde el Océano Atlántico hasta el río Elba y desde el mar Báltico hasta los Pirineos. Es decir, desde el Danubio hasta el Atlántico, desde Roma hasta el Mar del Norte, incluyendo Francia, el norte y centro de Italia y gran parte de Alemania.
A su paso fue evangelizando los pueblos conquistados. Buscaba unir Europa culturalmente a la fe cristiana.
Enfrentó a los pueblos más belicosos: a los sajones del Norte de Alemania, a los ávaros, a los lombardos del Norte de Italia. Como el Papa de mediados del siglo VI estaba en apuros, pidió ayuda al fiel Carlomagno, el que acudió a recuperar la autoridad papal y le valió la coronación de Rey de los Lombardos a Carlomagno.
Desde entonces, los territorios lombardos fueron concedidos al papado, ldando lugar a los Estados Pontificios, que se unificarían con Italia en 1870.
La Marca Hispánica, cerca de los Pirineos fue ocupada x el rey cristiano, pero la derrota en Roncesvalles lo frenaron para no llegar a la España musulmana.
Su buena relación con el Papa le valió la coronación del año 800 en Aquisgrán, la capital del imperio.
VINCULACION CON EL IMPERIO CAROLINGIO Y EL SACRO IMPERIO:
El Papa el año 800 restaura el Imperio. Restauración que se produce bajo la formalidad de una coronación llevada a cabo por la persona y autoridad del Sumo Pontífice. Es el Papa León III el que con su autoridad está creando ex novo esta realidad de ámbito civil: el Sacro Imperio. En la antigüedad había existido el Imperio.
En el año 800, el Sumo Pontífice está creando por su autoridad una realidad jurídica que no había existido nunca, es decir, es el ámbito religioso el que va a crear una figura jurídica de ámbito civil.
La coronación imperial no concedía más territorios, no concedía más prerrogativas al monarca del Imperio Germánico, no añadía ni un ápice de poder al que le habían concedido los Electores.
El emperador llegará, incluso, a confirmar la elección de los sumos pontífices. Estos deberían prestar juramento de fidelidad al emperador (no de vasallaje) en presencia de sus legados. Carlomagno llegará a oficiar de diácono en la misa de su coronación revestido de una dalmática al lado del Papa en el altar.
En la práctica, los emperadores llegarán en varias ocasiones a suspender su obediencia al Sumo Pontífice colocando a otro obispo en Roma por vía militar. Por su lado, los Sumos Pontífices se sabrán poseedores, en la práctica, del poder de deposición de la cabeza temporal.
El emperador Enrique IV y el papa Gregorio VII protagonizarán la más espectacular lucha entre los dos poderes. Ambos poderes se combatirán encarnizadamente con todas sus armas. En la etapa final de esta lucha entre ambas personalidades del siglo XI, ya no se buscará ni la colaboración, ni el acuerdo, sino la desarticulación total del poder del adversario. Sin embargo, ambos sabrán que aunque logren la deposición del antagonista, tanto la institución papal como la imperial deberán subsistir.
El final del Sacro Imperio Germánico coincide con el final del concepto de Cristiandad. La Cristiandad, como concepto, es quebrantada por la rebelión protestante.
NACIMIENTO DEL SACRO IMPERIO
Los invasores nórdicos (vikingos) aprovecharon la debilidad en que se encontraba Europa, tras la muerte de Carlomagno, y atacaron.
Con la desaparición de la dinastía carolingia, se produjo la fragmentación entre un poder central y varias autoridades locales.
Con la aparición de Otón I, rey de la dinastía de Sajonia, cuyo prestigio fue adquirido al derrotar a los húngaros y a los eslavos, renace la idea de la autoridad imperial.
Al igual que Carlomagno, realizó una alianza con el Papa y se coronó emperador en el año 962, dando nacimiento a un nuevo imperio: el Sacro Imperio Romano Germánico, denominación que adquirió Germania, a partir de entonces. La denominación de sacro o sagrado provenía de la ceremonia consagratoria de la autoridad imperial a cargo del Papa, representante de Dios en la Tierra.
EXTENSION DEL IMPERIO
En su apogeo, el imperio englobaba la mayor parte de las actuales Alemania, Austria, Suiza, Liechtenstein, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, República Checa y Eslovenia, así como el este de Francia, norte de Italia y oeste de Polonia. Y con ellos sus idiomas, que comprendían multitud de dialectos y variantes de lo que formarían el alemán, el italiano y el francés, además de las lenguas eslavas. Por otro lado, su división en numerosos territorios gobernados por príncipes seculares y eclesiásticos, obispos, condes, caballeros imperiales y ciudades libres hacían de él, al menos en la época moderna, un territorio mucho menos cohesionado que los emergentes estados modernos que tenía a su alrededor.
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