Argumento con cohesión y coherencia la construcción de textos argumentativos relacionados con la comunidad y sociedad humana
Respuestas
Respuesta:
(argumentativos, narrativos,
descriptivos e informativos) y las diversas estrategias conceptuales, lingüísticas y pedagógicas para abordarlo. Dos de los
investigadores más asiduos en el tema de la producción textual es Daniel Cassany, quien ha investigado el discurso escrito
con diferentes objetivos, perspectivas y géneros: la recepción y la producción; su estructura y uso en varios contextos
generales y específicos; su aprendizaje y enseñanza o su digitalización actual. Y Teun Adrianus van Dijk innovador pionero
en la lingüística del texto.
Se enuncian elementos fundamentales para componer el texto: coherencia, cohesión, adecuación, corrección
gramatical, disposición del texto. Así mismo para desarrollar esa coherencia: el tema, presuposiciones, implicaciones y
conocimiento del mundo. En cuanto a la cohesión: la referencia (situacional y textual), deixis (personal, espacial, temporal)
sustitución, elipsis, isotopía (gramatical, semántica, léxica y fónica) y conectores.
Posteriormente se hace una reflexión en torno al papel que cumple la teoría textual en la construcción escritural en el
ámbito universitario y cómo se puede cualificar el proceso desde semilleros de investigación redactando diversidad de
textos como proyectos y artículos de divulgación científica en cada una de las carreras ofrecidas en las universidades. Así
mismo, se hace referencia a la “netiqueta” como normas de etiqueta en internet y su tratamiento en la digitación de textos
electrónicos.
Explicación:
Creo que todos debemos aportar nuestro esfuerzo en procurar,
en la medida en que ello nos sea posible, esclarecerlo.
El tema —dejando a un lado lo que la refrjega, harto embravecida, haya contribuido a embarullarlo— es, por sí solo, de los más
sutiles y enrevesados. En el concepto de bien común van implicados muchos conceptos de los más difíciles con que el filósofo tiene
que afanarse. Acaso pudiéramos decir que el fundamental problema
de la filosofía está aquí presente con una presencia no sólo mesquívable, sino, además, múltiple y complicadamente urgidora.
Lo primero que se ofrece a nuestra exigencia intelectual es determinar el sentido de esas dos palabras: bien común. La una y la
otra, en cuanto unidas, se condicionan. El bien aquí es precisamente el bien de la comunidad, en tanto que tal. Pero, al mismo tiempo, la comunidad no puede entenderse sino en cuanto constituida
dentro del ámbito de su propio bien. Si cada ser tiene su propio
bien —su agathón—, dentro de cuya esfera es y se realiza, habremos de decir, parejamente, que este ser de la comunidad es y se
realiza dentro del ámbito de su propio bien.