Respuestas
Respuesta:Las representaciones sociales como sistemas colectivos de valores, ideas y
prácticas cumplen dos funciones: orden y comunicación. La función de orden tiene
que ver con el individuo y su mundo social, laboral y material; y la función de la
comunicación la aplica dentro de un código de intercambio laboral, para nombrar y
clasificar sin ambigüedades los varios aspectos de su mundo y su historia
individual y grupal.
Las representaciones tienen que ver con la forma del cómo los actores
aprehenden los acontecimientos de la vida diaria y lo que sucede en el contexto.
Son conocimiento que se constituyen a partir de nuestras experiencias, pero
también de las informaciones, conocimientos y modelos de pensamiento que
recibimos y trasmitimos a través de la tradición, el saber la experiencia y la vida;
tal es el caso del juego concebido como enfrentamiento.
En relación con la metáfora que nos ocupa: "el fútbol es una guerra", tenemos que
decir que si podemos conceptualizar el fútbol como una batalla o un combate; esto
influye en la forma que adopta el fútbol y cómo hablamos acerca de lo que se hace
al practicarlo. El fútbol generalmente sigue una pauta o algunas reglas, es decir,
en él hay ciertas cosas que debemos hacer o no. Al ser sistemático, también el
lenguaje lo es. De acuerdo con Rubén Oliven y Arlei Damo
1
”Hasta los hinchas
más aficionados saben que el futbol no altera la vida de nadie, a lo sumo la de
unos pocos que hacen de ello su medio de subsistencia. Aun así, basta una
victoria del club del corazón para que la euforia deje revelar un cierto aire de
superioridad. En esas ocasiones, incluso las personas más tranquilas se dejan
llevar por sentimientos megalomaníacos, que por suerte desaparecen enseguida.
Y cuando los enfrentamientos son entre los seleccionados nacionales, entonces
florecen nacionalismos de todos los matices, inclusive viniendo de ciudadanos
1 OLIVEN, Rubén & DAMO, Arlei. (2001) Fútbol y Cultura. Grupo Editorial Norma. Bogotá.
15
considerados cosmopolitas. Si vencemos, al narcisismo nacional se hipertrofia; si
perdemos, somos irremediablemente los peores. Lo que nos lleva de un extremo a
otro son noventa minutos de un partido de fútbol o, mejor dicho, de una guerra
simulada” (2001. p.9)
Oliven y Damo (2001.p, 11) afirman que “el fútbol es popular no solo porque es
bueno jugarlo, sino también porque es bueno pensarse a partir de él. El juego es
un evento extraordinario, un ritual atravesado por connotaciones simbólicas que
actualiza las rivalidades entre los clubes (o seleccionados nacionales) y las
comunidades a las cuales pertenece”.
En efecto, en el discurso deportivo radial los locutores se valen de una serie de
recursos tales como los refranes, los modismos, las jergas y las metáforas para
darle sentido y forma a sus pensamientos. Por ejemplo, para entender el deporte
del fútbol se valen metafóricamente del concepto de combate/guerra, en donde
hay algo que ganar y que perder, por eso es frecuente en el discurso deportivo oír
expresiones como: el enfrentamiento (para hablar del partido), los defensas, el
atacante, el árbitro, los contrincantes, el duelo, el cañonazo, el tiro, sólo por
nombrar algunos.
En otras palabras, cuando utilizamos “metáforas de guerra” para referirnos a un
partido de fútbol es porque también tenemos en nuestro sistema conceptual
experiencias y saberes relacionados con las formas de vida bélica. En otras
palabras, forman parte de nuestras manifestaciones sociales, propias de una
comunidad de habla. “La violencia, pasó de física a simbólica gracias a la
introducción de reglas” (2001.p, 11)
Sin embargo, no somos conscientes de la influencia que estos fenómenos tienen
en nuestras maneras de concebir el mundo y en la manera de actuar. Tanto es así
que en muchos contextos entendemos el fútbol como una batalla o un combate y
por eso actuamos igual cuando vamos a un partido.
Explicación paso a paso: