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Bueno esta vez vamos a ir un poco más atrás, a la prehistoria, donde
El origen de la humanidad siempre ha estado envuelto en misterios y aún hoy hay quién no cree en la teoría de Charles Darwin que fue un naturalista inglés, que ya dijo en el S.XIX, que el hombre desciende del mono y que fue la selección natural y la evolución lo que dio origen al hombre. Ha sido la arqueología, la que definitivamente le ha dado la razón a este señor gracias al estudio de los restos de esqueletos encontrados.
Vuestros antepasados nacieron en el continente africano, en una zona alrededor de Kenia y Etiopía. Allí es donde se han hallado los restos más antiguos. Y es desde allí que se expanden a otros continentes en busca de alimentos ya que eran nómadas.
No sé si pensáis que tenéis mucho parecido con los monos. Seguramente a más de uno le hace gracia. Habréis visto documentales o tal vez habéis visitado algún zoo o reserva animal. ¿Os habéis fijado en sus miradas? ¿En sus gestos? Son unos animales increíbles y maravillosos que sin duda os ha de hacer sentiros orgullosos de ser una evolución de ellos. Pero esto de los que os hablo no fue cosa de unos pocos de años, sino de millones de años.
Los primeros restos aparecidos y que se asemejan al hombre fueron llamados Australopitecos. Había diferentes subespecies pero eran muy parecidos. Tenían un cuerpo y cabeza pequeña. Solían medir alrededor de 1,25 m. y un peso de entre 25 y 30 kg. Tenían una fuerte mandíbula y se alimentaban de semillas y frutos secos.
El siguiente paso en la evolución se dio cuando estos cazadores consiguieron fabricar pequeñas herramientas. Se convirtieron así en el “hombre hábil”, Homo habilis. Fue hace unos cuatro millones de años. Eran primos hermanos de los Australopitecos. Todavía de pequeño tamaño y la cara casi plana. Era ya capaz de tallar grandes cantidades de piedras y huesos, como un verdadero artesano. No son sólo lascas sacadas al golpear las piedras sino que dan formas a los guijarros y hacen raspadores de piedras.
Comenzó después una época de expansión, con la propagación de estos homínidos en torno al Mediterráneo y en Asia. Hace alrededor de un millón y medio de años una nueva especie llamada Homo erectus, “hombre erguido”, surge en el planeta. Habían evolucionado en el andar y en el uso de las manos. Eran más sociables y solidarios. Ya se parecían bastante más a vosotros, aunque aún tenían la mandíbula saliente y cejas prominentes y muy pobladas. Tienen una mayor movilidad en el rostro: la sonrisa, el grito, el movimiento de los ojos, debían comunicar ya mensajes fundamentales. El cerebro estaba mucho más desarrollado y el lenguaje hablado debió de ser abundante a partir de este momento. Habían aprendido a hacer fuego. Se hacían sus cabañas con un entramado de ramas y pieles. Adoptaron cavernas como moradas, se vestían de alguna forma, custodiaban el fuego y sabían cazar en grupo. Los lugares donde vivieron estaban divididas en zonas: unas para el reposo, otras para guardar la comida o para hacer útiles…También inventaron colchones y elementos con que cubrirse. Descubrieron sustancias colorantes como el ocre rojo y tenían un sentido artístico importante. Tenían normas de vida comunitaria que eran transmitidas mediante el lenguaje. Es por tanto que todo estos aprendizajes, os ayudó a ir siendo mejores y a sobrevivir como especie.
Su sucesor fue el Homo sapiens, que significa “hombre sabio” y que inició su existencia hace menos de cien mil años. Es la especie del hombre actual. Se trataba de un ser social, que compartía su vida con otros en un espacio y tiempo común. En definitiva es su desarrollo cultural lo más importante de sus características. De él se conocen dos ramas: el hombre de Cromagnon y el de Neanderthal, que llevan los nombres de los lugares donde fueron encontrados.
El de Neanderthal fue el creador de complejos ritos religiosos, como el enterramiento de los muertos con ofrendas y lechos de flores espolvoreados con ocre. Aunque es sin duda el de Cromagnon, el que más se parece al hombre actual. Alcanzaron un alto grado de desarrollo técnico y artístico, que seguro que habéis visto en fotografías. Son impresionantes las pinturas rupestres de Altamira o de otras cuevas como las de Nerja, en Málaga, de las que se cree son las más antiguas.
Sin duda sois unos seres increíbles, capaces de grandes hazañas que podéis descubrir al leer y estudiar vuestra historia. Pero estoy seguro que aún tenéis mucho que aportar al mundo y que seguiréis evolucionando.
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