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Las lesiones musculares son una de las patologías más frecuentes en la Traumatología Deportiva. La mayor parte de las lesiones musculares son leves aunque un porcentaje cercano al 10% las denominamos graves, pues pueden ocasionar secuelas importantes. Entre un 25 y un 30 por ciento de los deportistas de alto rendimiento sufren lesiones musculares (hay que tener en cuenta que en un deportista de élite, entre un 30-40% de su peso corporal corresponde a tejido muscular).
Existen varios factores que pueden predisponer a un deportista a lesionarse, se clasifican en intrínsecos y extrínsecos.
Factores intrínsecos de las lesiones deportivas:
Son los relacionados con el propio deportista, su preparación física, su estado nutricional, antes y durante de la práctica deportiva, así como el equilibrio adecuado de electrolitos y sales. La sudoración origina pérdida de líquidos y sales en el organismo. Los músculos van perdiendo elasticidad al perder hidratación, por lo que tras un ejercicio prolongado aumentan las probabilidades de sufrir una lesión muscular, desde el típico pinchazo o tirón, hasta la rotura muscular grave. Si existen reservas adecuadas de energía en el músculo (glucógeno), las probabilidades de lesión son menores. Es por esta razón que la alimentación del deportista es un aspecto fundamental que deberemos atender tanto en los períodos de entrenamiento, como en los de competición.
Un factor importante para prevenir una lesión muscular es realizar un calentamiento y estiramientos de la musculatura, con especial atención a los grupos musculares específicos del deporte en cuestión. En los deportes de marcha o carrera deberemos estirar la musculatura de los miembros inferiores (glúteos, iliopsoas, cuádriceps, isquiotibiales, gemelos, soleos y tibial anterior). Por el contrario en aquellos deportes en que trabajan principalmente los miembros superiores deberán estirarse el deltoides, bíceps, tríceps, trapecios, serratos, redondos mayor y menor, pectoral (fibras esternales y claviculares) y los flexores y extensores de la muñeca. Resulta especialmente importante, en aquellos casos en que el deportista tiene agujetas, calentar bien. En estos casos el músculo tiene en su interior pequeños cristales de ácido láctico, lo que en la práctica resulta como tener alfileres dentro del músculo, que pueden cortar o dañar pequeños haces de fibras musculares, lo que no pasaría en condiciones normales.
Otros factores predisponentes, que pueden facilitar una lesión muscular son el antecedente de lesiones previas que hayan dejado una fibrosis cicatricial, las sobrecargas continuadas, enfermedades generalizadas o uso de medicación, el exceso de tensión muscular o la obesidad o el sobrepeso.
Factores extrínsecos de las lesiones deportivas:
Estos son aquellos que no dependen directamente del deportista. Por ejemplo, en los deportes de contacto suelen darse golpes entre un jugador y otro, entre un jugador y el terreno o con algún objeto propio del juego (marcos, barandas, paredes, otros). Los deportes de contacto que con mayor frecuencia causan lesiones son el fútbol, el fútbol americano, el rugby, hockey sobre hielo y el waterpolo.
Existen múltiples causas de lesión, las cuales pueden ser ligamentosas, musculares o articulares, o bien, presentar una combinación, ya sea músculo-ligamentosa o ligamento-articular. Además, los músculos de los miembros inferiores se afectan con mayor frecuencia que los de los miembros superiores.
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