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COMO SI LO UBIESE VIVIDO EEE
soldados estamos aqui para peliar asi que muevan esos tra ser os y a peliar se a dicho pomm poommm mi piernaaaa todos avajo disparen piu piu disparen gallinas nece sitamos apollo aereo mnecesitamos apoyo aereooo
se acercan retirada retirada no a peliar asta la muerte .
La ayuda llego buena emos sido salvadosss..
BUENO ESO A SIDO LA QUERRA DE MÉXICO
AHORA VIENE LA INDEPENDENCIA
Realidad:
Tras una década de batallas, Iturbide logró consumar la Independencia casi sin derramar sangre, luego de que Juan O'Donojú, el jefe político de la Nueva España, firmara los Tratados de Córdoba, convencido de que el nacimiento de la incipiente República era irreversible.
No había hombre más popular en el México independiente que Iturbide, el militar que ingresó victorioso con Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, apuntó Treviño Villarreal.
Sin embargo, una combinación de causas llevó a este militar criollo a pasar a la historia como traidor.
Iturbide, quizá un militar excelente aunque inexperto en la administración del gobierno, asumió su cargo en una situación de crisis política: Las cortes habían desconocido los tratados firmados por O'Donojú y la economía estaba en bancarrota.
A esto hay que sumar los constantes enfrentamientos con el Congreso, instalado el 24 de febrero de 1822, por lo cual ya había amenazado con su renuncia.
Ante este rumor, el 18 de mayo, el sargento Pío Marcha instigó a un regimiento a amotinarse al grito de "¡Viva Agustín I, Emperador de México!", lo cual no tardó en sumar al populacho.
La presión popular hizo eco en el Congreso que por mayoría votó a favor de la coronación de Iturbide. La coronación se realizó el 21 de julio a pesar de las críticas de los republicanos, después disolvería el Congreso y se quedaría como soberano absoluto.
Tras varias rebeliones y conspiraciones, fue depuesto y fusilado en 1824.
"Iturbide es un personaje que ahí está, pero por su filiación política al México conservador se le niega todo crédito, particularmente a partir de la segunda mitad del Siglo XIX", comentó Morado.
"Le podemos llamar el héroe negado. Hay una resistencia en reconocer a Iturbide en su papel en la Independencia de México", agregó.
El Pípila
Realidad:
No existe documento, referencia o bibliografía seria que constate la existencia de "El Pípila", indican los historiadores consultados.
Por la magnitud de los hechos que se atribuyen a su heroicidad, lo más probable es que se trate de una invención popular.
"La puerta de la Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato, era tan gruesa que creo difícil que este señor la haya quemado", comentó Treviño Villarreal.
"Pudo haber sido que hubo varios 'pípilas', que eran lo barreteros que trabajaban en las minas, pero historiadores serios consideran que esta acción es sólo un mito".
El mito de "El Pípila", recordó, se propagó con mayor fuerza durante el porfiriato, hasta el punto de convertirse en un ícono de la lucha por la Independencia.
El origen de lucha
Mito:
La Independencia se originó por las desigualdades sociales entre una minoría privilegiada, la nobleza española y una mayoría desfavorecida: Criollos, mestizos e indios.
Realidad:
Dos años antes del levantamiento de Hidalgo contra el dominio español, en junio de 1808, el emperador francés Napoleón III derrocó a la monarquía española y se apoderó de la Corona.
¿De quién dependía la Nueva España si la corona de Fernando VII estaba en manos de un gobierno extranjero?, se cuestionaron los novohispanos.
Ante la ausencia de rey, por todos los territorios españoles se organizaron cortes, que eran juntas donde nobles, clero y pueblo debatían la forma de gobierno.
En México, el intento de instalar las cortes se frustró el 15 de septiembre de 1808 por un golpe de Estado encabezado por el noble Gabriel de Yermo, quien tomó el palacio y aprehendió al virrey José de Iturrigaray, ante el temor de la Independencia.
Este evento alentaría el nacimiento de grupos conspiradores.
La turba iracunda
Mito:
La Independencia la lograron turbas de personas armadas con piedras, palos y antorchas.
Realidad:
A principios del Siglo XIX, era inconcebible que una turba con armas precarias lograra derrotar a un ejército armado con la tecnología de su época, como eran las tropas realistas novohispanas.
Aunque en un principio en los levantamientos comandados por Hidalgo predominaban las muchedumbres armadas con piedras y palos, los insurgentes tuvieron que aprender a organizarse como grupos armados.
-Otras fuentes consultadas: 'Historia de las historias de la nación mexicana', de Enrique Florescano; y 'Nueva historia mínima de méxico', por Josefina Zoraida Vázquez.