Respuestas
Respuesta: A pesar de su prolongada tradición teológica y su profundo arraigo en el origen mismo de la filosofía, el tema del conocimiento natural de Dios siempre ha sido objeto de debate crítico. A partir de la Edad Moderna, las diferentes perspectivas teológicas sobre este asunto se debieron principalmente a diferentes comprensiones de la dinámica entre la fe y la razón. La posición luterana clásica, especialmente con Karl Barth, que niega cualquier acceso a Dios por la sola razón, es muy diferente de la visión católica, generalmente más abierta a la posibilidad de conocer a Dios por medio de algunas vías filosóficas. Por otra parte, cualquier aproximación teórica al conocimiento de Dios por la fe y/o la razón está altamente influenciada por el significado y el contenido que asociamos con las dos palabras “fe” y “razón”. La posibilidad de un conocimiento natural de Dios es un tema importante no sólo para los filósofos y teólogos, sino también, hasta cierto punto, para los científicos, que podrían estar interesados en una noción de Dios como fundamento y causa última de toda la realidad física. La forma en que entendemos un conocimiento natural de Dios conduce a la posibilidad de una “teología natural”, con repercusiones sobre la epistemología teológica y filosófica, y también sobre la soteriología, al abordar la cuestión de qué salvación puede ser asociada con dicho conocimiento. Sin discutir ninguna “forma” específica de llegar al conocimiento de Dios, la primera sección de este artículo ofrece una visión de conjunto sobre el tema enfocándose en el papel que juegan la fe y la razón. La segunda sección recuerda la visión aportada por el Magisterio de la Iglesia Católica, mientras que la tercera sección debatirá qué idea del Logos puede adquirirse a partir del estudio de la realidad física.
Explicación: dale