Respuestas
Respuesta:
Te hablaré de una sola diferencia…
Aristóteles decía que era oligárquico, el que los cargos públicos se adjudicaran por elección, y democrático el que los cargos públicos se adjudicaran por medio de sorteo.
En una oligarquía, gobiernan las personas económicamente privilegiadas.
En una democracia, gobiernan todos los ciudadanos o ‘el pueblo’ (al menos en teoría).
¿Por qué es oligárquico que los cargos públicos se adjudiquen por medio de elección? porque siempre tiene más probabilidades de ganar aquel que logre influir con más fuerza en los votantes, digamos que el que realice una mejor ‘campaña’, y dicha ‘campaña’, difícilmente podría costearla una persona sin un alto estatus económico. En términos llanos, siempre será elegido el que más dinero tenga para ‘comprar’ votos.
¿Por qué es democrático que los cargos públicos se adjudiquen por medio de sorteo? curiosamente, en la primera democracia de todas, la ateniense, gran parte de los cargos se adjudicaban por sorteo. Un grupo de ciudadanos que cumpliera los requisitos para ejercer un cargo público vacante, se postulaban, se escribían sus nombres en tablillas que se introducían en una urna, y al frente de la Asamblea, se extraía una tablilla, aquel que tuviera la suerte de ‘ganar’ el sorteo, ejercía el cargo público en cuestión. Era una garantía de igualdad, de que todos los ciudadanos tuviesen la oportunidad de servir en las instituciones del Estado.
Explicación:
Diferencia entre democracia y oligarquía no reside en una cuestión meramente cuantitativa. No se trata sólo de que los ricos sean pocos y el pueblo los muchos. Eso ya sería preocupante pues el bien común exige la consideración del mayor número posible de habitantes de una sociedad. Para Aristóteles la corrupción central del gobierno de los ricos era que gobernaban en aras de su propio interés y no del bien común, de la buena vida de la multitud. En una oligarquía son pocos los que gobiernan y los muchos son simplemente súbditos o depositarios pasivos de las políticas de sus gobernantes, exitosas o desastrosas. Tampoco el desafío oligárquico central era el hecho que los que tienen más recursos económicos concentren además los instrumentos del poder político. Por eso el bueno de Aristóteles promovían que los dirigentes de un pueblo fuesen pagados para que también los pobres, sin tener recursos para vivir de sus rentas mientras ejercían el poder político, pudiesen gobernar. Y observó que cuando pocos eran ricos y los muchos pobres, la ausencia de una clase media terminaría por destruir a la polis.
La oligarquía es un sistema de gobierno que no cree en los valores de la democracia. En efecto, para el oligarca lo que cuenta es el tener, no el ser. El rico cree que el dinero es fuente de todo derecho y poder. Quien ha sido bendecido por la riqueza tiene el derecho de gobernar su vida y la de los demás. Así ordena su empresa comercial o industrial y así tiende a organizar la sociedad política cuando se le permite hacerlo. Quienes tienen más dinero valen más que los muchos que son pobres.
Lógica democrática es otra. El ciudadano vale por lo que es, no por lo que tiene. Un ciudadano tiene derecho a elegir y ser elegido representante del pueblo en virtud de su dignidad personal y autonomía moral que lo hacen ser sujeto de derechos y responsabilidades. No por el dinero que lleva en sus bolsillos. La democracia parte de la base que todos somos iguales y que tenemos en general la misma capacidad política de auto-gobernarnos si se nos dan los medios para ello. ¿Se necesita ser rico para preferir la paz a la guerra con nuestros vecinos, pedir más presupuesto para educación o exigir a los gobernantes que sean honestos y buenos administradores de los recursos públicos.