• Asignatura: Castellano
  • Autor: bldiaz
  • hace 6 años

Alguien que me ayude un resumen de esto
Un mensaje a los jóvenes ¿Qué puede decir un poeta de más de ochenta años a la gente joven, que no lo haya dicho ya? Poco. Sólo contarles qué satisfecho y bien me siento, cuando octogenario, veo que mis valores de toda la vida siguen vivos, presentes, que nunca tuve la tentación de renunciar a ellos y que los sigo sosteniendo. Y que toda la vida pude arreglármelas con tan poco, y estar tan contento. Que, pese a haber vivido bombardeado por la misma publicidad que a todos nos dice que lo importante es el consumo, que lo que importa es generar riqueza (monetaria), y que la globalización y el libre mercado son el único camino que nos queda por delante, sigo pensando que nada de eso es cierto. Que el Che Guevara fue un proyecto de cambio y no sólo una camiseta, que el fútbol era un hermoso deporte muchísimo antes de ser un gran negocio, y que no todos en el mundo son de derechas. Decirles que Lilian Hellman, la notable escritora norteamericana, escribió: “El liberalismo perdió para mí su credibilidad. Creo que lo he sustituido por algo más privado, algo que suelo llamar, a falta de un término más preciso, decencia”. Si los responsables del mundo son todos venerablemente adultos, y el mundo está como está, ¿no será que debemos prestar más atención a los jóvenes? Si los extraordinarios beneficios de tanta multinacional se obtuvieron gracias o junto a la corrupción, el aumento del hambre y la caída del empleo en Latinoamérica, ¿no es el momento de pensar que este mundo de libre mercado, globalización y guerras que son sólo pantallas para grandes negocios no atraviesa su mejor momento? Soy un poeta viejo y un viejo poeta, que en lugar de pensar –como muchos de los de mi generación- que los viejos somos sabios, me pregunto, cada día que pasa, si el mundo no estará así porque no les dejamos lugar a los jóvenes. Cada generación tiene sus jóvenes, y, en el mejor de los casos, son precisamente los jóvenes los que le dan color y la definen. Si en cambio son demasiado dóciles y aquiescentes, su talante se va oscureciendo, va perdiendo enjundia. Es bueno que el joven tenga algo de aguafiestas, que incomode al poder y al poderoso, que denuncie su vulnerabilidad y su injusticia. Lo malo es que a veces, cuando pasan los años, los hombres y mujeres van mellando sus dardos juveniles y lentamente se convierten en aliados del poder. Lo que se aprende en la juventud debería constituir un soplo vital capaz de acompañarnos hasta el fin de los días. Lectura Mario Benedetti, Memoria y esperanza

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Respuesta dada por: enay93
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ponme corona

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