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Respuesta:Dios ha sido un fuerte sostén en mi matrimonio. Y aunque muchas veces algunas acciones nos han alejado del camino de Dios, la Fe ha sido el modo más acertado de transitar todos estos años con la convicción de que podemos salir adelante juntos.
Casarse no ha sido como yo esperaba en muchos aspectos. Y en otros, ha sido mejor de lo que he imaginado. En verdad, el matrimonio no es matemáticas, y no siempre las cosas van a salir bien. Sin embargo, hay ciertos principios que podemos poner en práctica si queremos vivir un matrimonio feliz.
Dios tiene un plan para nosotros, y el matrimonio es la empresa más poderosa de la sociedad con la que la humanidad avanza. Un hombre y una mujer que se aman son pura fuerza y energía, y si ese amor tiene como sustento el regocijo de la Fe, no hay nada que pueda destruirlo.Seas del credo que seas, coincidirás conmigo en que cada vez hay más divorcios.
En una sociedad de consumo donde todo es desechable y no se valora el esfuerzo por recomponer las relaciones, sino que se estiman más los intereses individuales, es cuando más debemos poner foco en cómo lidiar con los problemas cotidianos para que ello no atente contra la pareja.
Explicación:
En el libro “El matrimonio sagrado” del autor cristiano Gary Thomas, se plantea ver al matrimonio de forma realista. «Tenemos que dejar de pedirle al matrimonio lo que Dios no diseñó para dar en él : felicidad perfecta, vida libre de conflictos y obsesión idolátrica», explica Thomas. En cambio, dice, podemos apreciar lo que Dios diseñó para el matrimonio: asociación, intimidad espiritual y la capacidad de buscar a Dios juntos.
Se trata de dejar de buscar la perfección en el otro, esa persona que nos “completa”, pues en verdad la tarea en el matrimonio es más bien un trabajo en equipo, donde ambos se acepten, se respeten y se ayuden a mejorar día a día.
La Biblia nos muestra algunos principios que podemos incorporar al matrimonio para mejorarlo día a día y para lograr el éxito conyugal:
1.-No vayan a dormir estando enfadados: (Efesios 4.26) Nunca vayan a dormir sin un argumento por resolver. No dejen que la ira les gane. Es cierto que a veces es mejor tomar un tiempo, respirar y dejar que el enfado se vaya. La palabra de Dios nos alienta a resolver el conflicto antes de ir a dormir enfadados.
2.-Midan sus palabras: (Proverbios 15.4) “La lengua apacible es árbol de vida, pero la perversidad es el quebrantamiento de espíritu”. Intenta decirle algo positivo todos los días a tu pareja. Aunque estén atravesando una situación difícil, un buen ejercicio es decirse algo bonito, un halago, o algo que te guste de él o ella. Será un regocijo al alma y mantendrá una relación amable entre ustedes.
3.-Sean felices en las buenas y en las malas: (Proverbios 15.17) “Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que un buey engordado donde hay odio” Con mi esposo hemos pasado momentos económicos muy duros, y fue allí donde encontramos la fortaleza para salir adelante. Agradece a Dios por tu pareja cada día y apóyense mutuamente cuando la adversidad toque tu puerta.
4.-No mencionen errores del pasado: (Lucas, 6,37) “No juzgues a los demás, y no serás juzgado. No condenes a los demás, o todo volverá contra ti. Perdona a los demás, y serás perdonado”. De nada sirve traer rencores del pasado a la pareja. Conversen si algo de ello afecta al presente de ambos, pero sobre todo, aprendan a perdonarse y a comprometerse a no cometer los mismos errores.
5.-Que el amor sea tu guía: (Corintios, 13) “El amor es paciente y amable. El amor no es celoso, jactancioso ni orgulloso o grosero. No exige su propio camino. No es irritable y no guarda ningún registro de haber sido agraviado”. Dejen que el amor más profundo que se tienen sea la guía que los lleve a un futuro próspero en el matrimonio.
*ESPERO HABER AYUDADO}