Cuantas veces deliberamos para saber cómo debemos actuar, una voz habla en nuestro interior y nos dice: éste es tu deber. Cuando no cumplimos el deber que se nos ha presentado, escuchamos nuevamente la misma voz que protesta contra nuestro acto. Dado que nos habla en tono de mandato, percibimos que se trata de una voz que proviene de un ser superior a nosotros; pero se nos escapa quién sea. Por tal motivo, la imaginación de los pueblos, a fin de explicarse esta voz misteriosa cuyo acento no coincide con una voz humana, ha pensado en personalidades transcendentales, superiores al mismo ser humano, convertidas en objeto de culto, no siendo dicho culto otra cosa que el testimonio exterior de la autoridad que se les reconoce. Nos toca a nosotros despojar esa concepción de sus formas míticas y a través del símbolo alcanzar la realidad. Esta realidad no es otra cosa que la sociedad misma. La sociedad, al formarnos moralmente, ha colocado en nosotros los sentimientos que nos dictan la conducta de forma imperiosa o que nos fuerzan a reaccionar con energía sorprendente cuando no queremos someternos a su posición. Nuestra conciencia moral es la obra y la expresión de la sociedad; cuando nuestra conciencia habla, la misma sociedad habla en nosotros.
el anterior texto es : a. narrativo b.argumentativo c.informativo d.instructivo
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Respuesta:Es un texto narrativo, pues sólo narra que tenemos una voz en nuestro interior...
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