Respuestas
Respuesta:Sabemos que la idea de globalización no tiene lectura consensual en el campo académico, siendo orgánicamente ambigua. Hay autores que la interpretan desde los marcos históricos, culturales y políticos, y otros desde los factores económicos (Martins, 1999). No obstante, hay que considerar la variable colonial, pues colonizadores y colonizados desarrollan miradas diversas sobre las perspectivas de la globalización: los primeros, subrayando los procesos de integración mercantil global, y los otros, los impactos del imperialismo y de la dependencia sobre las periferias y sobre las movilizaciones colectivas. Sin embargo, no podemos negar que el discurso hegemónico de la globalización es el colonial neoliberal. Él se basa en la creencia –problemática– de la prioridad del elemento económico en la organización de la vida social; el mercado es descrito como una realidad evidente fundada en la generalización del interés, como un utilitarismo material generalizado, que justifica la apropiación injusta del trabajo social y de las riquezas productivas y naturales.
Explicación:Asimismo, el discurso colonial liberal no es una narrativa reciente, mezclándose al espíritu de la colonialidad y del capitalismo. Conviene recordar que el liberalismo se inspira esencialmente en la filosofía moral y utilitarista inglesa de J. Bentham, A. Smith y J.S. Mill, proponiendo que todos los individuos son seres esencialmente egoístas y que deciden sus prioridades desde sus intereses particulares o grupales. Existe aquí la determinación privilegiada del factor económico utilitario y antisolidario en la organización de la vida (Caillé, 1989); y tal desvío teórico desvaloriza las dinámicas jurídicas, morales, culturales y emocionales que deberían ser decisivas para al menos regular políticamente el capitalismo en los centros nacionales y a nivel internacional.