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Nuestro cuerpo es nuestro vehículo. Nos acompaña a todas partes, y sin embargo no nos damos cuenta. Vivir volcados hacia fuera nos cierra la puerta a esa conexión con nosotros mismos. El cuerpo es la precisión del movimiento. Necesitamos conocerlo, conocer sus puntos fuertes y débiles. Nuestra fuerza para ser eficientes en nuestro deporte, en nuestra práctica, en nuestra vida diaria.
Por otro lado, cuando enferma, no podemos hacer nada. Necesitamos que sea nuestro aliado, incluso para meditar necesito mi cuerpo sano.
Esta máquina perfecta, a veces no es capaz de crear la energía suficiente. Por algún motivo, nos levantamos cansados. Y nuestra energía es directamente proporcional a nuestra emoción. La misma persona, con la misma vida, tiene una percepción totalmente diferente si tiene energía o no. Cuando me levanto con energía, salgo a comerme el mundo, cuando no la tengo, ¡el mundo me come a mi!
Mi cuerpo se regenera cada noche de 22h a 03h aproximadamente. Nuestros órganos, organizadamente, se reponen del día y realizan sus funciones regenerativas. El simple hecho de no respetar estas horas para ello, nos resta energía y agota nuestros órganos. Si no se reponen por la noche, nuestras glándulas quizás no sean capaces de producir melatonina y otras hormonas que necesitamos para despertarnos como un niño. ¿Qué es lo que hace un niño al despertar?_ Correr, saltar, jugar… esta lleno de energía. Así somos nosotros de serie, vamos perdiendo nuestra capacidad creadora de energía con los malos hábitos de nuestro día a día.
Cada órgano esta relacionado con una emoción: lo sabemos a través de la Medicina China. Si colapso mi hígado, mi ira será incontrolable, por ejemplo. Uno de los más importantes y más habituales patologías.
Conocer mi cuerpo es conocer mi mapa, saber cómo y dónde estoy.
Me encanta la Savasana; la relajación al final de la clase de Yoga. Ese ratito de observación en el que me deleito sintiendo mi cuerpo, respirando y soltando tensiones. Unos minutos para agradecerle por todo lo que hace por mí, sin que yo se lo pida. Y un sentimiento inmenso de felicidad me recorre.